Opinión

La planta noble

Óscar MurilloÓscar Murillo
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La planta noble
Ángel Haro y Miguel Torrecilla, en una presentación de un fichaje. - Óscar Murillo
La primera planta del Benito Villamarín alberga la mayoría de despachos importantes, los de aquéllos que cortan el bacalao a distintos niveles en el Betis. Ángel Haro, José Miguel López Catalán y Miguel Torrecilla, que pidió que le construyeran uno específico en la Ciudad Deportiva Luis del Sol para acercarse a técnicos y jugadores un poco más, mantienen estos días las luces encendidas hasta altas horas.

Contrasta con la oscuridad del resto de dependencias del Coliseo de La Palmera, lógica por unas fechas que la mayoría de mortales relaciona con vacaciones, relax y desconexión. Pero no puede haberlos en Heliópolis. De un lado, los principales consejeros preparan la crucial cita del próximo viernes, una junta general de accionistas cada año menos ordinaria por su trascendencia societaria, directamente proporcional a la incertidumbre que genera el panorama institucional en verdiblanco.

Del otro, el director deportivo y sus directos colaboradores se afanan en separar el grano de la paja en el complicado mercado invernal, otra vez recurso a la desesperada de un Betis que necesita enmendar la plana estival. Ni unos ni otros desdeñarían a estas alturas un aprobado raspado, por más que sus expectativas coquetearan hace no mucho con el notable. Los buenos estudiantes no tienen deberes navideños.
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