Contando la Copa del Rey, son
cinco derrotas en otras tantas salidas desde que
Víctor Sánchez del Amo aterrizara en el banquillo del Betis. No es un dato baladí, por mucho que las sensaciones en casa sean diametralmente opuestas.
Y eso que coincido con quienes ven
el vaso medio lleno y no medio vacío tras los tres empates seguidos en el Villamarín. Pero lo de que fuera sólo está faltando puntería
chirría. Ni siquiera compro al madrileño la supuesta mejoría sin ´punch´ en el Calderón.
Hay que hacer autocrítica de verdad, porque ser apalizado por el Granada, que está metido por méritos propios en el pozo,
en vísperas del derbi es para hacérselo mirar.
Dicen que el primer paso para solucionar un problema es
reconocerlo. Hay muchas más cosas que falta de efectividad cada vez que se abandona La Palmera. Ayer, para colmo de males, se echaron de menos
la intensidad y la calidad de Dani Ceballos.