La selección qatarí de balonmano hizo historia y
disputará por primera vez la final de un Mundial tras imponerse hoy por 29-31 a Polonia, en un encuentro en el que fue determinante la actuación del explosivo central
Kamalaldin Mallash.
Mallash, que en la primera jornada del torneo del campeonato acabó en el hospital tras quedar conmocionado en la pista, evidenció que tras el éxito de
Qatar está el duro trabajo de
Valero Rivera, un sinónimo de exigencia máxima.
El conjunto qatarí aprovechó los
seis minutos de superioridad numérica de los que dispuso en los primeros 15 minutos de partido, que permitieron a los de
Valero Rivera ponerse por delante y asentar definitivamente su sistema defensivo.
Tras llegar al
descanso con una renta de tres tantos (
13-16) a favor de
Qatar, el portero de origen bosnio
Danjel Saric, que sólo había podido atajar tres balones en el primer período, aseguró la ventaja con
cuatro paradas casi consecutivas en el arranque de la segunda mitad.En el segundo tiempo, la irrupción del efectivo extremo
Mahmoud Hassab Alla y, sobre todo, la del rápido y habilidoso central
Kamalaldin Mallash fue clave para abrir una brecha que sería casi definitiva (16-21)
Sin embargo los
polacos, finalistas en el
Mundial de Alemania 2007, no estaban dispuestos a rendirse tan fácilmente y
llegaron a soñar con la remontada (24-26)
con la exclusión de Hassab Alla a menos de cinco minutos para el final.
Un tiempo en el que
Mallash tomó las riendas del choque con
un gol y un penalti, que situaron a
Qatar a un paso de un triunfo histórico, que se encargó de sentenciar otro jugador local
Mahmoud Hassab Alla con un robo de balón final (29-31).