El saltador de pértiga francés
Renaud Lavillenie se ha convertido en uno de los protagonistas de los
Juegos de Río de Janeiro por llorar en el podio tras ser abucheado por el público del Estadio Olímpico.
La reacción del francés tuvo lugar al recibir la medalla de plata, momento en el que el público le abucheó por segundo día consecutivo después de hacer unas declaraciones en las que comparó el comportamiento del público brasileño con el rechazo que sufrió el atleta
Jesse Owens en los
Juegos Olímpicos de Alemania de 1936.
La polémica surgió el pasado lunes después de que Lavillenie declarara sentirse molesto por el ambiente del estadio, donde sufrió los abucheos de la grada cuando realizaba uno de sus ejercicios. "En 1936 el público estaba en contra de
Jesse Owens. No hemos visto esto desde entonces y ahora tenemos que enfrentarnos a ello", aseguró el deportista en declaraciones recogidas por la
BBC.
El galo también añadió: "No hay respeto, son las Olimpiadas. Si no hay respeto en las Olimpiadas, ¿dónde podemos tenerlo? Estoy muy triste y decepcionado con el comportamiento del público brasileño que se encontraba en el estadio".
Las declaraciones causaron polémica y Lavillenie se disculpó a través de su cuenta de Twitter por la "mala comparación" entre los
Juegos de Río y de
Alemania y aseguró que fue una reacción "en caliente", admitiendo que no fue adecuado.
Tras la segunda jornada en la que también recibió abucheos, el saltador francés contó con el apoyo de algunos de sus rivales como
Thiago Braz, que consiguió la medalla de oro en la misma categoría o del exatleta ucraniano
Sergei Bubka, tal y como puede verse en imágenes difundidas por e
l Comité Olímpico Internacional.