50 ANIVERSARIO MÉXICO'68

Corominas celebra el 50 aniversario de México'68 cruzando a nado el Estrecho

Corominas celebra el 50 aniversario de México'68 cruzando a nado el Estrecho
Corominas celebra el 50 aniversario de México'68 cruzando a nado el Estrecho
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 9 min lectura

Barcelona, 6 may (EFE).- Tiene 65 años y fue la primera deportista española, hombre o mujer, que se clasificó para una final de unos Juegos Olímpicos.

Ocurrió en México 1968, hace cincuenta años, y a Mari Paz Corominas (Barcelona, 2 de junio de 1952) no se le ha ocurrido otra cosa que celebrarlo realizando la travesía a nado del estrecho de Gibraltar.

Cuando ocurrió todo, ella tenía 16 años. Solo dos después dejó la natación competitiva. Con dieciocho lo tenía todo claro: apostó por una carrera universitaria, se casó muy joven y admite que mentalmente hay que ser "muy duro" para mantener el nivel de entrenamientos exigibles en la alta competición.

"Difícilmente aconsejaría a un hijo mío que se dedicara profesionalmente a la natación, porque es muy duro", comentó en una entrevista con EFE.

Esta mujer, 167 centímetros de pura fibra, es consciente de que marcó un hito para el deporte español, pero le resta trascendencia. Recuerda que aquella delegación nacional estaba compuesta por 124 deportistas, entre los cuales solo había dos mujeres: ella y la también nadadora Pilar von Carsten.

"Es cierto que marqué un hito, pero aquella época era lo que era y ya está. No había más y nadie me hizo ninguna propuesta. Fuimos precursoras dentro del deporte femenino. Después las carreras de los nadadores se han hecho más largas, pero en aquel momento no", recordó.

Corominas ya había empezado a estudiar en la universidad y vio que era totalmente imposible compatibilizar ambas cosas. "No había becas, no había facilidades por ningún lado, nadie te decía nada. No me apetecía nadar por nadar, nadar por mi satisfacción", aseguró.

Mari Paz, que con 13 años ya era campeona de España, se atropella hablando y ni se plantea la ucronía de lo que podía haber sido de su carrera si hubiera tenido más recursos a su disposición.

"No sé si mentalmente habría podido resistir. No tenía el cuerpo para tanto desgaste, yo no medía 1,80 como otras muchas nadadoras", insistió.

Subrayó que fue un acierto que el Comité Olímpico Español decidiera que el equipo viajara un mes antes de los Juegos para aclimatarse.

Volaron desde Madrid a Santo Domingo y de allí a México. "Aquellos Juegos fueron sensacionales, fueron la transición entre los juegos amateurs de Tokio 1964 y los de Múnich 1972, que empezaron a ser más profesionales", indicó.

Mari Paz señaló que el trato de la organización fue "exquisito" a pesar de los problemas internos existentes, de la matanza en la Plaza de las Tres Culturas y de que los atletas estuvieron tres días recluidos en la Villa Olímpica. "Incluso se rumoreó que podían suspenderse los Juegos".

Aquella fue su tercera competición internacional, tras los Europeos de Utrecht (1966) y los Juegos del Mediterráneo de 1967 en Túnez.

Antes de la final de los 200 espalda, su especialidad, se vio en el poyete de salida "muy canijilla, muy poquita cosa" rodeada de nadadoras de nivel mundial. Al final fue séptima con 2:33.9.

"Yo en mi vida me he entrenado poco. En total estuve seis años entre competiciones y entrenamientos. Empecé entrenando tres veces a la semana y después ya me metí más. Como mucho, nadaba 7.000 ú 8.000 metros y el otro día, por ejemplo, preparando la travesía del Estrecho, hice una sesión de 12.000", aseguró.

Empezó a nadar no muy joven, con 12 años, y porque se le daba bien. A ello se sumó que estudiaba en "una escuela moderna y avanzada" como era la Betania y entre mayo y junio los alumnos iban a la antigua piscina de Montjuic y allí hacían entrenamientos con un monitor.

"Al final del curso siempre hacíamos una carrera. Yo nadé la de espalda y me salió muy bien y es cuando mi padre, un industrial de Sabadell, fue a hablar con el CN Sabadell, que era el club pionero de entrenadores y por entonces ya tenía un holandés (Kees Oudigeest), y empecé a nadar allí durante casi seis años", dijo.

Después de los Juegos de México, Mari Paz Corominas habló con Santiago Esteva, que estaba becado en Bloomington, en la universidad de Indiana, para ver si podía entrenarse allí.

Su objetivo era prepararse con Doc Counsilman, un célebre entrenador estadounidense que posteriormente fue muy conocido por los éxitos conseguidos por nadadores como Mark Spitz, John Kinsella, Gary Hall, Mike Troy o Jim Montgomery, entre otros.

Allí estuvo de febrero a julio, nadando y aprendiendo inglés, y luego volvió a Barcelona, donde se disputaron los Europeos de 1970. Ella ya tenía decidido que después de esos campeonatos abandonaría la natación.

"Lo tenía clarísimo, es que es muy duro todo esto de entrenar. No estaba preparada mentalmente para el deporte. Estudié Económicas (rama empresarial) y después me casé muy joven", afirmó.

A partir de entonces siempre se ha mantenido activa: nadando (completó tres travesías desde Roses a Cadaqués), esquiando y últimamente haciendo ciclismo con su bicicleta eléctrica de montaña.

Hasta que se le ocurrió contactar con el grupo Marnatón, que coordina la preparación de retos náuticos de larga distancia, y pensó que completar la travesía del Estrecho sería una buena excusa para celebrar la efeméride olímpica.

El objetivo es completar los 14 kilómetros con su hermano Juan (64 años) y sus amigos Quique Sentís (62) y Pepe Raventós (66) y convertirse en el primer grupo que pueda conseguir la travesía con todos los miembros por encima de los 60 años.

"Lo pensé a principios de octubre. A principios de noviembre pedimos la autorización ('slot') a la ACNEG (Asociación de Cruce a Nado del Estrecho de Gibraltar) y la tenemos para la segunda semana de mayo", comentó.

Antes de octubre nadaba dos días a la semana, después tres y, como mucho, durante una hora. Ahora el grupo ha ido completando travesías de 2.500, 6.000 y 12.000 metros.

"Calculo que tardaremos 4:30 horas, iremos tranquilos y me siento muy bien nadando", afirmó Mari Paz Corominas, cuyo reto tiene un objetivo solidario con la ONG Proactiva Open Arms, a través de la plataforma migranodearena.org, con el lema: "Dale vida al mar: ayuda a evitar una muerte anunciada".

Ella sentía "respeto a la travesía", pero lo ha ido perdiendo a medida que nadaba en mar abierto. Además, su objetivo la retrotrae a su juventud y a algo que leyó hace mucho tiempo.

"De joven había leído la historia de Montserrat Tresserras (Olot, Girona), que en 1957 se convirtió en la primera española en atravesar el estrecho de Gibraltar, y eso que ella iba sin neopreno", comentó.

Mari Paz Corominas desprende energía, llega a la entrevista en motocicleta y sube por las escaleras hasta el séptimo piso sin apenas esfuerzo.

"¿Mi secreto para mantenerme en forma? Una alimentación sana y algo de deporte. Nunca tomo un ascensor. Vivo en un séptimo piso y siempre subo las escaleras. La princesa Grace Kelly siempre decía que era importante hacer pequeños ejercicios físicos a lo largo del día, ejercicios de tres a cinco minutos, como máximo, durante cinco o seis veces, y eso también lo hago. Me mantengo muy bien", desveló.

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