El rubio lo merece

El rubio lo merece
- 22/05/2014
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 2 min lectura
Rakitic ha traspasado el umbral que separa a los futbolistas importantes de aquellos que se erigen en símbolo, en un emblema que trasciende los terrenos de juego. Como lo fue Palop en su momento o lo será por siempre Puerta. El croata representa la imagen de una nueva era en Nervión. Es el capitán de un sueño alcanzado. El líder de la ilusión realizada. Un mago nacido en Suiza y con acento de Pino Montano.


Se ha mimetizado de forma asombrosa con la ciudad y la vida sevillana. Hasta arte tiene el rubio. Y se ha identificado con los colores blanquirrojos por encima de la mera profesionalidad, con un componente emocional no demasiado alejado del que acelera el corazón de los sevillistas. Su mirada le delata . Su compromiso le compromete. Porque no se lucha tanto con tanta clase cuando no se siente, cuando no duele ese escudo en el pecho. Y a Rakitic le duele. Sólo hay que mirarle la cara tras el tanto milagroso de M´Bia.


Pero su indiscutible sevillismo no se puede utilizar contra su deseo de mejorar económicamente o de crecer como futbolista. Jugar al fútbol, y de la manera que lo hace, no deja de ser su trabajo, la forma en la que se gana la vida, y se comprende que sus aspiraciones aumenten en función de su nivel, e, incluso, que maree la perdiz, que tarde en responder, señal de que alberga dudas, de que una buena parte de él desea quedarse.


Y es ahí donde entra el club nervionense. En aprovechar su querencia por Sevilla, por el Sevilla, por los sevillistas. Rakitic se ha ganado un sobresfuerzo. Superar el límite lo máximo que permita al equilibrio para compensar, junto al factor sentimental, lo que dejará de cobrar por quedarse. Un sacrificio mutuo que merecerá la pena.
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