El último partido del año, ante el
Eibar, dejó un regusto amarga en una afición que, sin embargo,
puede echar la vista atrás y sacar pecho ante el gran 2014 firmado por su equipo. Los números no engañan y éstos dicen que
el Sevilla de Emery gana bastante más que pierde. Y de eso se trata esto. En total,
54 encuentros oficiales, con un balance de 29 victorias, 14 derrotas y 11 empates, entre ellos, las tablas más dulces de la historia, las firmadas ante el Benfica en Turín, que sirvieron para levantar un nuevo título europeo tras la victoria en los penaltis.
En
Liga, por su parte, el conjunto de Nervión tan sólo cedido
nueve derrotas en 36 partidos, de los cuales ha
ganado veinte y ha empatado siete, con
62 tantos a favor, lo que arroja una media de
1,72 goles por choque, y
40 en contra (
1,1).
Una espectacular trayectoria que se refleja en
67 puntos, sólo
superados por Real Madrid, Barcelona y Atlético e inalcanzables, pese a no jugar los de Emery la última jornada del año, por Villarreal, Valencia o Athletic, sus perseguidores y a priori rivales directos por los puestos europeos.
Todo se inició en la previa del Día de Reyes, con un regalo de partido ante el
Getafe (3-0), de los mejores del año, acumulando tras ello
seis jornadas sin ganar, interrumpidas con la valiosa victoria en Vallecas (0-1) que inició otra racha muy diferente de
seis triunfos seguidos, incluido el
2-1 ante el
Madrid.
También se impusieron los sevillistas en un
nuevo derbi (0-2), aunque a falta de tres jornadas
perdieron sus opciones de Champions en San Mamés (3-1), centrando entonces todos sus esfuerzos en la final de Turín, donde se ganó pelear con el Real Madrid por la
Supercopa de Europa.
En Cardiff, sin embargo, llegó uno de los pocos sinsabores de este nuevo curso, junto a los ´pinchazos´ ligueros ante Atlético y Barça, insuficientes para empañar
un gran año, con el equipo instalado en puestos de Champions y vivo tanto en Copa del Rey como en Europa.