El Comité Ejecutivo de la FIFA acordó ayer que desde el 1 de mayo de 2015 estará prohibida la propiedad de futbolistas por parte de empresas y fondos de inversión, aunque los contratos ya existentes podrán seguir en vigor hasta que expiren. De ese modo, la medida no impedirá que Babá siga siendo hasta 2016 propiedad del Sevilla, en un 80%, y de Doyen, en un 20%.
El senegalés es el último rescoldo que queda de la relación con Doyen, que también trajo a Kondogbia, Botía y Stevanovic.