Una inesperada lluvia de millones puede caer sobre el Sánchez Pizjuán en los próximos días. Castro y Monchi ya se frotan las manos ante el que puede ser el negocio del siglo, ya que
Babá Diawara, que se encuentra cedido en el Getafe, se ha convertido en el
capricho del magnate chino Zhang Li, propietario del Guangzhou R&F (siglas que significan "rico y fuerte").
Tras acabar la pasada liga china en tercera posición, el multimillonario empresario asiático, cuya fortuna es calculada por la revista Forbes en 1,8 billones de dólares, tirará de chequera para reforzar su plantilla en busca del ansiado título, centrando su punto de mira en el Coliseum Alfonso Pérez. Allí ya ha pescado a su entrenador, Cosmin Contra, por el que ha pagado más de cuatro millones de euros para que sustituya a Sven Goran Eriksson, tal y como ha desvelado el presidente del club azulón, Ángel Torres. Pero también
ha alcanzado un acuerdo con el mediocentro Míchel Herrero, por el que desembolsará otro kilo que irá a parar a las arcas del Valencia, club que lo tenía cedido en el conjunto getafense.
Un caso que podría repetirse con Babá. Y es que, tras ver varios encuentros del Getafe durante esta temporada, el excéntrico Zhang Li ha quedado prendado de las condiciones del delantero senegalés y, según ha podido saber este diario, está dispuesto a poner sobre la mesa hasta diez millones para asegurarse su fichaje.
De esa cantidad,
ocho kilos serían para el Sevilla y dos para Doyen, fondo inversor que se reservó un 20% cuando el ariete fue contratado en enero de 2012. Además, habría que compensar de algún modo al Getafe, donde Babá estaba cedido hasta junio, pero, en cualquier caso, supondría una importante inyección económica que permitiría a la dirección deportiva nervionense acudir al mercado invernal con un importante ´cash´.