Máximo respeto al gladbach, pero sin temor

Borussia M'Gladbach-Sevilla: al campeón no se le amedrenta tan fácil

El Borussia Park será una olla a presión contra un Sevilla que ha visto alejarse la Champions y apela a su gen competitivo para hacer bueno el 1-0 de la ida y aferrarse a su torneo fetiche.

Borussia M'Gladbach-Sevilla: al campeón no se le amedrenta tan fácil
- Fernando Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 4 min lectura
Noches como la de hoy han hecho grande a este Sevilla en el Viejo Continente. Estas son las batallas que su fiel infantería aguarda con ansias. Aunque en esta ocasión será en territorio enemigo. Y allí espera una potente tropa alemana. Una caldera que rugirá para intentar amedrentar a las huestes blanquirrojas. Pero el campeón no se asusta fácilmente. Es en estas citas donde suele mostrar su gen competitivo, ese carácter indomable que le permite rebelarse contra la adversidad, ese ímpetu desaforado en regalar noches mágicas a su afición, esa raza que le ha llevado a levantar este cetro europeo hasta en tres ocasiones en la última década.

Con todo, no será fácil. En la ida ya se comprobó el gran nivel de un Mönchengladbach de fútbol exquisito y férrea defensa que, si tuviera más gol, bien podría pelear con los gigantes. Aunque es el conjunto de Nervión el que acude con ventaja. Mínima, pero valiosa. Cumplido el objetivo primordial de no encajar, el gol de Iborra fue la recompensa a una trabajada actuación que hoy debe ser reeditada. Hay que mostrar de nuevo los dientes y luchar con denuedo. Pero sin olvidar las propias virtudes futbolísticas: su pegada arriba, su solidez, su profundidad por los costados, su estrategia..., motivos de respeto para todos sus rivales, también el Gladbach.

Alabado un día, por un efectivo cambio, y criticado al siguiente, Emery necesita recuperar en un escenario de enjundia la fortaleza perdida lejos de su fortín, donde acumula cinco derrotas consecutivas. Y para ello, ha conjurado a los suyos para aunar esfuerzos, apelando a la unidad del grupo, incluidos los lesionados, que ayer viajaron junto al resto para hacer piña.

En total, 25 hombres desplazó el técnico vasco a tierras germanas, aunque el once, salvo que recurra a una de sus habituales e impredecibles sorpresas, parece presentar pocas dudas, con muchas opciones para los mismos que saltaron en la ida.

Reservados en Anoeta, Reyes, Nico Pareja, Vitolo y Fernando Navarro deben regresar a una alineación de gala en la que también estará Krychowiak, obligado a descansar en San Sebastián por sanción. Y junto a ellos, Bacca, Banega, Iborra, Carriço o Aleix Vidal, amén de un Sergio Rico que afronta un nuevo y exigente examen.

Un gol sevillista podría ser definitivo y Unai saldrá con todo. No le queda otra. Al contrario que con la Copa, en esta ocasión ha priorizado la competición fetiche de un equipo que ha visto alejarse al Valencia, y por ende la Champions, sin valorar siquiera la posibilidad de reservar a nadie ante la inminente visita liguera de un hueso como el Atlético, aferrándose a Europa para mantener viva la llama de una ilusión que el Gladbach amenaza con apagar.

En el club teutón confían en la remontada. Y para ello, Favre sí recurrirá esta vez a piezas importantes como Kruse, Herrmann, Korb o Traoré, suplentes en el Pizjuán, además de recuperar a Domínguez, tras el golpe en el muslo por el que fue baja ante el Hamburgo. Pero aunque el bloque germano infunde respeto, ni mucho menos debe causar temor. Y es que al campeón no se le amedrenta tan fácil.
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