Krohn-Dehli sale del armario nervionense

Balsámica victoria la conseguida el pasado sábado en el Sánchez Pizjuán ante un Barcelona que le dio alas a los de Unai Emery tras un irregular inicio de campaña que había hecho sonar las alarmas en Nervión; un triunfo por 2-1 ante el conjunto azulgrana y una excelente actitud de los de Eduardo Dato que les otorga ocho puntos en el casillero y les sitúa en una situación mucho más cómoda para afrontar el parón liguero que se avecina en la Liga con motivo de los compromisos internacionales.

Pero si alguien brilló con luz propia ante el Barcelona, más allá del equipo como conjunto, ese fue el internacional Michael Krohn-Dehli, quien arribó a Nervión como parte del fondo de armario sevillista, respaldado por su buen hacer en Vigo, así como su experiencia en la Liga y veteranía. Un rol, el de actor secundario, que se vio refrendado durante las primeras jornadas del campeonato, hasta que el azar comenzó a hacer de las suyas y las lesiones le fueron dando paso; un discurrir que le ha hecho pasar de gregario a baluarte, siendo ante el Barcelona el ‘cerebro’ del equipo desde la izquierda, así como un ‘pulmón’ que disfruta de una movilidad y una libertad de movimientos total.

Y muchos son los datos que lo refrendan, más allá de las propias sensaciones que se encargó de dejar sobre el campo. Abriendo el marcador y asistiendo a Iborra en el segundo, Krohn-Dehli, además, fue el hombre del partido que más ocasiones creó durante los 90’, generando un total de cinco -dos de ellas acabaron en gol- ; un acierto en ataque que también se vio refrendando en defensa, donde se empeñó con esfuerzo, destacando como el hombre que más faltas cometió en el Sánchez Pizjuán, empatado a tres con Iborra, quien sólo falló uno de los cinco duelos aéreos que disputó en la zona ancha.

Una destacada actuación del internacional danés que también se vio patente en el 81% que promedió en lo que a acierto en el pase se refiere; es decir, un partido para enmarcar que le ha servido para poner de manifiesto su salida del armario sevillista, ya que dispone de galones suficientes para convertirse en uno de los pilares del equipo en Nervión, tal y como ya demostrara en Balaídos, donde las exigencias deportivas eran bastante inferiores.