Emery y las pruebas de un peligroso ir y venir

Las victorias frente al Rayo Vallecano y el Barcelona han devuelto la confianza a un Sevilla que, no obstante, sigue buscando -para erradicarlas- las causas de su mal arranque de curso; un asunto sobre el que las estadísticas ofrecen alguna que otra pista.

Suele decirse que 'la estadística es como un bañador, que muestra lo importante y oculta lo esencial', y en este caso muestra que al cuadro nervionense le ha faltado equilibrio para impedir que sus partidos se conviertan en un peligroso ida y vuelta.

Esa sensación de equipo partido en dos al que le dura muy poco la posesión del balón, que ante el Barça fue capaz de crear peligro y al mismo tiempo ver cómo los culés estrellaban hasta tres tiros al poste, lo respaldan guarismos como los que sitúan al Sevilla como el segundo equipo de la Liga con menos recuperaciones (con 429, sólo mejor que el Espanyol) y también en el tercero con menos pérdidas (con 592).

Además, es el segundo que más tiros recibe, con 124 en siete partidos y una media de casi 18 disparos por choque y, al mismo tiempo, es el quinto que más dispara de la Liga, con 99 intentos (14 por encuentro). De estos 99, sólo siete acabaron en el fondo de las mallas. Es decir, necesita 14 disparos para celebrar un gol y tiene en la puntería otro reto para mejorar.