Banega, ¡Qué bueno que volviste!

No fue casualidad que el Sevilla cambiara totalmente su imagen en el ecuador de la segunda mitad, justo después de que Éver Banega diera entrada al terreno de juego. La presencia del argentino, junto a la de Konoplyanka, que entró instantes antes por Reyes, propició un mayor protagonismo del conjunto dirigido por Emery, posibilitando el empate de Gameiro y haciéndose de la noche a la mañana con un partido en el que navegaba a la deriva desde el minuto uno.

Con el argentino en el campo, el conjunto blanquirrojo se mostró más unido, gracias a los constantes apoyos que presenta el ex del Valencia y a la unión de las líneas que éste fomenta. Un futbolista con criterio, Banega, que le dio sentido a un centro del campo que careció de 'cerebro' hasta entonces, con un N'Zonzi indolente y un Krychowiak que se vio obligado a sacar la pelota desde atrás a la vez que se abrían los centrales. Es decir, un Sevilla totalmente diferente con Banega en el campo.