Uno de los mayores
protagonistas en el partido entre el
Manchester City y el Sevilla será el
juez de la contienda, el holandés
Bas Nijhuis, un personaje de lo más mediático y con una carrera aún muy corta (sólo cuenta con 38 años) pero repleta de curiosas anécdotas.
Internacional desde 2007 y en la
elite europea desde 2012, se dio a conocer por rechazar ir como linier a la Eurocopa de Ucrania y Polonia, argumentando que sólo aceptaría ser árbitro principal. Esta pasión por el arbitraje le viene de familia, puesto que su padre también lo era. Sin embargo, su progenitor no es su modelo a seguir. Éste no es otro que el famoso colegiado sueco Ander Frisk, ya retirado del fútbol, del que ha copiado su estilismo. En Holanda dicen que intenta parecerse a él.
Su cabellera siempre luce engominada, es un asiduo a las salas de
bronceado y es habitual ver
abierto el cuello de su camisa. Parte de la premisa de que “un árbitro nunca debe pasar desapercibido”
y busca mostrarse sexy.
Es un estudioso del arbitraje y, como tal, aboga en las reuniones de su colectivo por endurecer las penas a jugadores y entrenadores con conductas antideportivas. Además, su condición de
‘showman’ le lleva a realizar giras por Holanda en las que visita clubes amateurs para explicar cómo es la vida de un ‘trencilla’,
mostrar vídeos graciosos y hasta improvisar un concurso que copió de la televisión de su país.
Es famoso y le gusta, hasta el punto de que llegó a protagonizar un anuncio de televisión de una compañía de seguros.
En el campo, su mayor anécdota la vivió en la 10/11. En un Ajax-AZ Alkmaar, un aficionado agredió a Esteban Alvarado, meta visitante, quien la emprendió a golpes con el hincha. Nijhuis tuvo que expulsar al meta y eso desató la ira del técnico y de los jugadores del AZ, indignados.
El fútbol es su pasión,
pero su medio de ganarse la vida no tiene nada que ver: es
¡carnicero! Lo dicho, todo un personaje.