Sergio Ramos, capitán del Real Madrid, anunció que no acudirá a la llamada de la
selección española tras recaer de su lesión en el hombro izquierdo y fue crítico con la imagen de su equipo en
Sevilla, donde perdió 3-1, que le hizo asegurar que intentarán "cambiar el chip en el Clásico".
"Tengo el hombro regular. En la jugada del gol me he fastidiado de nuevo al caer, al apoyarme justo en la zona. Lo importante es recuperarse, esperar al martes que me hagan la
resonancia. Con la selección complicado porque no he podido seguir hoy y es una nueva recaída tras jugar cuatro o cinco partidos infiltrado", aseguró en C+.
Ramos destacó el partido del
Sevilla y admitió que la segunda parte del
Real Madrid no estuvo a la altura. "Cada uno que use el adjetivo calificativo que quiera. Está claro que no se han hecho nada bien las cosas y se muestra en el resultado. Es uno de los campos más complicados ante un Sevilla herido, hay que destacar que han hecho un gran partido. Quizás hemos pecado de estar un poco estáticos".
Esa falta de movimiento la justificó el capitán blanco como "circunstancias del juego" y lamentó la perdida de puntos importantes. "Aquí es donde se ganan las ligas y hoy se pierden tres puntos muy importantes. Intentaremos cambiar el chip tras la selección con un clásico que puede cambiar todo". "La
Liga es muy larga, pueden pasar miles de cosas aunque cuando uno pierde puntos no es nada bueno para el equipo", sentenció.
Por último, cuestionado sobre la división de
silbidos recibidos en el
Sánchez Pizjuán a su cambio, el camero dijo: "Lamentable, patético, soy sevillista y me tendrán que matar así. Meteré dos banderas en mi lápida, la del
Sevilla y la del
Madrid. Recuerdo todos los buenos momentos aquí desde niño. Agradezco los aplausos de muchos, pero obviamente los pitos de otros no me quitan el sueño".