Este 2015 que toca ya a su fin será un año que difícilmente va a poder olvidar
Grzegorz Krychowiak, tal y como él mismo aseguró en las redes sociales tras el empate sin goles en el estadio del eterno rival, en su primer derbi. "Gracias por este increíble año a todos los aficionados, que han sido fantásticos hoy, ayer y durante todo el año", escribió.
Y es que los últimos doce meses fueron muy importantes para el mediocentro polaco, al que han sucedido muchas cosas, y pocas de ellas malas. No en vano, 2015 tendrá para siempre un sitio en su recuerdo, al ser el año en el que conquistó el
primer título de su carrera y en el que se consagró definitivamente en la elite del fútbol mundial.
Comenzó con buen pie para
Krychowiak, quien el 8 de febrero se estrenó como goleador en Primera división, tras marcar al
Getafe a domicilio y, una semana después, al
Córdoba en casa. No obstante, el del Coliseum no fue su primer tanto con la camiseta nervionense, pues ya había marcado en septiembre de 2014 en su primer partido en una
Europa League en la que no volvería a repetir hasta la final. Fue en Varsovia, en su país y ante sus compatriotas, para los que se ha convertido en héroe nacional.
Esa vitola también se la concede el sevillismo, que le agradece constantemente su
profesionalidad y unas ganas de jugar que no frenan un
tobillo hinchado, una fisura en una
costilla o la
nariz rota. Juega siempre, como prueba de que no se haya perdido un solo minuto con su equipo, tanto en estas primeras 16 jornadas de
Liga como en los seis partidos de
Champions (en el que ha sido su estreno en la competición), y ha completado con su selección los 10 duelos de clasificación para la
Eurocopa de Francia, a la que él mismo clasificó con un gol ante Irlanda.
Tanta importancia tiene en los esquemas de
Emery que, con apenas año y medio en el club (y habría sido mucho menos de haber aceptado alguna de sus múltiple ofertas), ya es capitán.