Aparcada la
Copa, con la sonrisa que siempre provoca una victoria en casa del eterno rival, retoma el
Sevilla su verdadero caballo de batalla, una Liga que llega a su ecuador sin que
Emery y los suyos merezcan más que un aprobado raspado, por más que su presidente les ponga un notable. Esa sería la calificación si sólo se contasen las apariciones en el
Sánchez Pizjuán, donde suman siete triunfos seguidos. Pero lejos de ese fortín, las huestes blanquirrojas aún no saben lo que es vencer, suspendiendo con mayúsculas en esa asignatura.
Para elevar la nota global, sin embargo, los nervionenses se aferran a la fortaleza de una ‘Bombonera’ que busca un nuevo récord. Esta vez, de imponerse al
Athletic, el conjunto sevillista firmaría la mejor primera vuelta de su historia en casa, igualando los 24 puntos de la pasada campaña y la exitosa 06/07. Pero además, y lo que es más importante, superaría en la tabla a un rival directo e incluso podría llegar a la mitad del camino en posiciones europeas, algo desconocido en todo el curso, dependiendo de lo que hagan un Deportivo que visita el Bernabéu y el sorprendente Eibar.
El problema es que los paupérrimos números a domicilio dejan el
Sevilla sin red en su salto hacia la zona noble. No hay margen de error. Y enfrente, además, estará un temible león que ha sumado 10 de los últimos 12 puntos en juego y que sólo ha perdido dos partidos de los últimos 13, con Aduriz en estado de gracia y todo su arsenal disponible, si bien Valverde podría dar descanso a Susaeta y dar entrada a Sabin Merino en la izquierda.
Unai, por su parte, es consciente de la importancia del choque y habla de “pequeña final”, dejando entrever la titularidad de
Llorente, que vivirá un duelo especial, por esa lucha cuerpo a cuerpo a la que exige el Athletic. Además, el vasco podría rotar de nuevo a sus laterales y no es de extrañar que Krohn-Dehli volviera al banco pese a su gran actuación en el derbi. Pero la gran novedad estará en el eje de la zaga, donde Carriço reaparecerá tras más de cuatro meses por la sanción de Rami.
Fernando Mateos3 min lectura