"Prefería este duelo para la final", afirmaba

Eduardo Cruz: "¿Un pronóstico? Lluvioso"

Eduardo Cruz: "¿Un pronóstico? Lluvioso"
Eduardo Cruz posa para ED en la sede de la Peña Sevillista Al Relente. - Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 6 min lectura
Sigue los consejos de ‘Monty Phyton’ y se autoproclama accionista consorte del Sevilla. Pedirle un titular a Eduardo Cruz Acillona conlleva el riesgo de “enfadar a la otra mitad de la ciudad”, pero él lo asume con el humor que vertebra su trabajo como escritor y con el que considera que se disfruta más de la vida: “Copa del Rey: Sevilla-Mirandés; Betis-Mirando’. No es mío, pero me ha gustado mucho. El humor en Sevilla es muy grande y es difícil ponerte a ese nivel”.

Fue el único chispazo sin su autoría en una conversación en la que Eduardo confirma que sus orígenes pueden hoy con su sevillismo adoptivo, por lo que en esta eliminatoria enarbolará la bufanda rojinegra. Nací en Miranda de Ebro y llevó aquí desde el año 96. Soy aficionado del Mirandés desde que era pequeño y también accionista. Y lo soy del Sevilla prácticamente desde que llegué y accionista ‘consorte’ (su particular manera de decir que lo es su mujer). El resto del año voy con el Sevilla, pero el corazón y la infancia tiran y en este cruce estoy con el Mirandés”, confiesa el autor de los libros ‘El final está cerca’, ‘Morir es relativo’ y ‘Felicidades por tanto’, quien relata a ED que sus amigos sevillistas le “acompañan en el sentimiento”: “Me están dando el pésame ya, y no sé por qué. Están muy confiados, me miran con pena, como un pobrecito que viene de Segunda. Yo les digo que bueno, que ya hablaremos cuando acabe el partido de vuelta. Para mí lo más importante es lo que rodea al fútbol, la ocasión para juntarte con los amigos, la convivencia y pasarlo bien”.

En este sentido, Eduardo, que presenciará el choque con los hinchas visitantes, avisa de la ilusión con la que se vive en Miranda de Ebro la segunda hazaña copera de los rojinegros, aunque asegura, a su forma, que personalmente no le ha gustado la suerte deparada por el bombo: “Yo no quería este duelo, lo quería como muy pronto para la final; prefería eliminar antes al Barcelona y a ese gente y jugar una final de categoría. La culpa de que no se enfrenten más veces la tiene el Sevilla, porque el Mirandés va a seguir jugando octavos, cuartos...”. Y lo dice con el ‘rictus’ serio, el mismo con el que revela la estratagema burgalesa para sorprender al Sevilla. “El Mirandés no se va a conformar con un 0-0 en Nervión. Va a salir a marcar y el Sevilla lo sabe. De hecho, Emery estuvo en Leganés y sé que el Mirandés lo sabía, y para fastidiar a Unai se dejaron ganar 4-0 para no dar pistas. Va a sorprender”, explica con un pie a cada lado de la línea Eduardo, que en plena charla reconoce la evidencia de que le “cuesta escribir cosas en serio” pero que aparta la broma cuando se refiere a la superación burgalesa: “En Miranda circula un dibujo que emula al típico cartelito de los hoteles y donde aparece un escudo del Mirandés y pone ‘No molestar, seguimos soñando’. Hace cuatro años conseguimos lo impensable y la gente está emocionada con el equipo, lo que se refleja en que, pese a ser un día laborable y la distancia, viajan a Sevilla unos 150 aficionados”.

Porque para él, el fútbol significa esto, lo contrario a la crispación, y lamenta que no se viva con un mayor humor: “Desgraciadamente no hay mucho y cuando creo que lo hay nadie se lo toma así. Me encantaría que la gente se muriera de risa, por ejemplo, con las tonterías que dice Piqué. Por eso me fascina la guasa de la rivalidad sevillana, que dentro del humor debería ser un subgénero”. Con esta mentalidad, era de esperar un chiste final, un colofón, pero, como los buenos, ni siquiera se vio venir: “Para acabar, ¿se atreve a dar un pronóstico para el partido? Lluvioso, seguro”.

Un cicerone para los 150 aficionados del Mirandés
En colaboración con la Peña Sevillista al Relente, Eduardo Cruz ha organizado una convivencia con los aficionados del Mirandés que viajan a Sevilla, a los que les enseñará hoy la ciudad y acompañará todo el día, para ya por la tarde llevar a cabo un hermanamiento entre aficiones en la sede de la citada peña, muy cerca del estadio.     

Letrista de un Romancero para el Carnaval de Cádiz 
Eduardo no podrá viajar a Miranda para la vuelta, porque ese mismo día presenta en Cádiz su último libro, ‘Felicidades por tanto’, y realiza un ensayo general de una obra por la que se siente un privilegiado: el ‘Romancero de Kiko Quiñones’, que se recitará en las calles gaditanas durante el Carnaval y entrará en el concurso oficial: “Es un lujo poner mi grano de arena”.
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