Lo que le faltaba a Banega para ser un mediocentro total -ya es un fenomenal 'enganche'- es añadir a su catálogo de virtuosismo la capacidad de sacrificio que siempre le reclamaron sus entrenadores. Pero parece que Emery está siendo capaz de inculcar al argentino el puntito de tensión y briega que necesita el Sevilla en ausencia del lesionado Krychowiak, único elemento del plantel realmente capaz de equilibrarlo.
No parece que el '19' tenga la cabeza precisamente en otro sitio con tantos mareantes 'cantos de sirena'. Antes al contrario, el de Rosario demostró que, en las citas importantes, siempre aparece. Lo hizo en el primer tiempo para serenar a su equipo, creando entre líneas pese a la presión celtiña. También apretando los dientes cuando fue preciso, echando un cable a Carriço e Iborra en la resta. Cuando ves al que tiene el duro (que cambió en la reanudación para apagar cualquier amago de reacción local con su tanto) remangándose, el resto tiene que contagiarse inevitablemente.