Primero fue la negativa del Real Madrid a ceder el
Bernabéu. Ahora, un concierto de
Bruce Springsteen que también podría descartar al
Vicente Calderón... De momento, se acumulan los problemas con la sede de la final de
Copa sin que el organismo responsable, la
RFEF aporte solución alguna o, al menos, dé la cara; un inmovilismo que, lejos de facilitar, complica más las cosas.
El único portavoz autorizado de la Federación que ha hablado hasta ahora es su vicepresidente
Joan Gaspar, que en su condición de ex presidente del Barcelona prometió presionar para conseguir que se jugase en el feudo merengue.
Mientras, los clubes siguen a expensas de ser convocados para una reunión en
Las Rozas, aún 'sine die', para estudiar los diferentes escenarios.
A esta cita, tal y como anunciaron en distintos foros tanto el portavoz de la junta directiva del Barcelona,
Josep Vives, como el vicepresidente del Sevilla,
José María del Nido Carrasco, los equipos pondrán tres requisitos: que el estadio elegido tenga el máximo aforo posible, con desplazamiento cómodo para las dos aficiones y que el terreno de juego esté en perfectas condiciones.
El único estadio capaz de cumplir todos era el
Bernabéu, ya que el resto de opciones (el
Calderón,
Mestalla,
San Mamés...) incumplirían alguna de ellas.