Vitolo vuelve pletórico de su lesión

Los buenos futbolistas, como los amigos de verdad, aparecen siempre en los peores momentos. Ayer, a Unai Emery y al Sevilla les volvió a quedar clarísimo que en Víctor Machín tienen a un enorme pelotero y a un impagable amigo, dispuesto siempre a partirse la cara por los demás; a correr por él y por sus compañeros.

El mérito del buen partido realizado por Vitolo es aún mayor si se tiene en cuenta que era el primero después de una inoportuna lesión muscular que le había obligado a perderse los últimos cuatro compromisos de los nervionenses. Ni se le notó la lógica falta de ritmo tras estar tres semanas parado. Volvió pletórico, conservando su sello: enorme zancada y desborde.

Durante un buen tramo del encuentro, el canario se echó al Sevilla a la espalda. Liberado de las tareas creativas ante la presencia de Reyes y de Banega, ayer fue más incisivo. Se centró en ofrecerse más arriba que de costumbre, desmarcarse, asistir, e incluso buscar el gol que tanto se le resiste este curso y que Rulli le negó.