Desde el principio se vio a un Steven N'Zonzi 'enchufado' y, con el paso de los minutos, también clarividente. Incluso cuando el Sevilla lo pasaba mal con la presión alta de su eterno rival, el francés exhibía su poderío en el cuerpo a cuerpo, chocando con N'Diaye cuando la ocasión lo requería y peleando por alto cada balón.
Y no sólo sobresalía en su cometido principal (máximo recuperador del partido, junto a Carriço, pero con una falta cometida nada más), sino que, más 'box to box' que nunca, el ex del Stoke City rompía líneas con acierto, descolgándose a menudo para aprovechar los espacios a la espalda de los laterales y centrales que se producían tanto por el adelantamiento de líneas obrado por Merino como por los desmarques productivos de Gameiro.
Así llegó el primer gol, fruto de un contragolpe conducido por Banega y un buen centro de N'Zonzi al que ayudó levemente el rebote en Pezzella. Su compatriota apuntilló con un certero cabezazo.