Con su peculiar estilo, corrigiendo al traductor por su dominio del español aunque no quisiera utilizarlo,
Mircea Lucescu, técnico del
Shakhtar, recordó la eliminación de su equipo en 2007 a manos del
Sevilla con la esperanza de que algún tipo de justicia divina les devuelva hoy la sonrisa.
"Les he enseñado a mis jugadores los goles de aquella eliminatoria y el tanto de
Palop. Fueron dos partidos muy difíciles, jugamos bien en los dos campos, pero perdimos la atención en esa última jugada. El
Sevilla tuvo suerte aquella vez y espero que ahora sea al revés, porque la vida equilibra esas cosas", indicó el rumano, que prevé un cruce diferente al de entonces: "Esta vez no será lo mismo, no será una
eliminatoria con tantos goles, es una semifinal y todo es más complicado. Ellos no son los favoritos. He visto muchos partidos del
Sevilla, los suficientes como para saber cómo juegan. Tienen mucha experiencia y un gran entrenador, y eso es tremendamente importante. Están a nuestro nivel".
Además,
Lucescu restó importancia a la presencia de
Konoplyanka y sí se la concedió al factor mental: "Les habrá informado sobre nosotros, aunque no creo que eso influya mucho a Emery. Es muy importante ser fuertes psicológicamente".
Por su parte, el central
Yaroslav Rakitsky elogió a los de Emery, pero espera quitarse la espina clavada desde 2007. "El Sevilla ataca mucho con gente rápida como
Konoplyanka y tenemos que estar al máximo nivel. Entonces fue una sorpresa negativa, pero estamos centrados en pasar a la final y hacer historia; vamos a jugar para ganar", señaló.