Un largo camino abriéndose hueco en el fútbol

El calvario de David Soria hasta llegar a Basilea

El calvario de David Soria hasta llegar a Basilea
David Soria, en el partido de semifinales ante el Shakhtar. - Alejandro Saez
Alejandro SáezAlejandro Sáez 4 min lectura
Estadio St. Jakob Park de Basilea. El Sevilla se dispone a saltar al terreno de juego para luchar por su quinta Europa League y David Soria, salvo sorpresa mayúscula y decisión inesperada de Unai Emery tras toda la competición haciéndolo, defendiendo la portería blanquirroja.

Un sueño para cualquier profesional del fútbol, más si su DNI tan sólo refleja 23 años de edad y, ni siquiera, ha debutado todavía en Primera división. Una meta que, sin embargo, no ha venido precedida de un camino de rosas, sino más bien de espinas. Un auténtico calvario que ha tenido que superar el madrileño hasta llegar a disfrutar de las mieles del éxito, habiendo llegado a plantearse a su corta edad, incluso, el colgar los guantes y el probar fortuna lejos del fútbol. "Salí de la cantera del Real Madrid y fui al Leicester, pero el primer día tuve una lesión de rodilla y tuve que volver a recuperarme a España. Luego estuve con el Birmingham un mes y medio y por problemas salariales que tenía el club no pude quedarme tampoco allí. También estuve más tarde, una semana y media, en el Stoke, pero ya estaba un poquito desanimado y me volví para España", recuerda para ESTADIO David Soria, quien reconoce que fueron momentos muy duros con escasos 19-20 años: "Estuve seis meses entrenándome en el Canillas con un entrenador para no perder la forma; lo hacía todos los días a las 22:30 horas. En diciembre estuve en el Sporting, pero Abelardo dijo que, aunque estaba contento conmigo, me faltaba un poco de experiencia en ese momento, por las circunstancias que fueran. Es normal que me faltara algo de experiencia con 19-20 años, pero son cosas que se dan y entrenadores que no saben qué puede pasar en un futuro. Es normal que en ese momento no decidiera apostar por mí".

Unos meses que "psicológicamente fueron duros", hasta que apareció el Sevilla y más concretamente Javi García, su entrenador de porteros. "Ya me conocía de antes, de informes míos que tenía de la selección madrileña y del Madrid. Me dijo que me viniera a la plantilla del Sevilla C y aquí estoy", explica un David Soria al que se le trasforma la cara cuando asimila cómo le ha cambiado la vida en Nervión después de que su paso por Inglaterra y Escocia no le sirviera más que para conocer en primera persona que "todo lo que hagas en el fútbol es poco".

Una situación que, en ciertos momentos, llegó a ser insostenible y que le llevó a pensar en tirar la toalla y dedicarse a otra cosa. "Hubo un momento crítico, cuando vine del Sporting de Gijón, donde creo que hice una semana fantástica de trabajo. Fue un palo duro que no contaran conmigo, pues mis sensaciones eran: ¿cómo no me iba a quedar si hasta mis compañeros estaban contentos conmigo y me lo habían comentado?. Aquello fue un palo duro y tanto yo como mi familia sufrimos mucho. Lo bueno de todo aquello fue que nunca dejé de trabajar y que seguí creyendo en mí mismo. A día de hoy, a la vista está, estoy obteniendo el fruto de todo ese trabajo", destaca el sevillista, a quien el destino, quizás, le privó de ser uno de los integrantes del Leicester que ha levantado la Premier hace poco, pero que ahora le brinda un billete a Basilea con el Sevilla.
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