Barcelona 2-0 Sevilla: (Sub)Campeón, sin prefijos

Con la resaca de Basilea aún en la retina, 20.000 sevillistas se desplazaron hasta Madrid para volver a ver a su equipo ganar, algo que a la postre y tras más de 120 minutos de sufrimiento resultó siendo imposible. Un Sevilla que saltó al césped del Vicente Calderón con el once esperado, siendo Sergio Rico, por David Soria, e Iborra, por N'Zonzi, las principales novedades en el once de Unai Emery con respecto al pasado miércoles. Y sin miedo a nada, como ante el Liverpool, saltaron los de Nervión al campo, sabiendo que mucho tendrían que luchar contra el todopoderoso Barcelona si querían amarrar el doblete. Un hito histórico que, en la semana de la ilusión, se les acabó escurriendo entre los dedos a los de Nervión, quienes pusieron entre las cuerdas al Barcelona en más de una ocasión.

Pronto, muy pronto, llegó la primera aproximación sevillista, por medio de un Kévin Gameiro que guiaría las embestidas blanquirrojas, con permiso de Vitolo, durante los primeros 45 minutos. Luis Suárez, instantes después, protagonizaría la respuesta culé tras un sensacional pase de Iniesta que acabó mandando fuera el charrúa. Un partido trepidante en el que el Barcelona llegó a hacerse con el control del balón superada la primera media hora, aunque sin llegar a desabrocharse del todo, temeroso del nivel ofrecido por los sevillistas. Vitolo, en el 17', se colaba por la derecha para que Coke, en el área, rematara a gol sin acierto. Una nueva ocasión de peligro que llevó el pavor al área azulgrana.

Sería en el 36' cuando llegó la jugada que rompió la primera mitad, iniciando Gameiro una contra en la que se marchaba en velocidad de Mascherano, quien, siendo el último hombre, acabó siendo expulsado por agarrar al galo. El Barça se quedaba con diez y el Sevilla llevaba la iniciativa tras unos leves arreones azulgranas, como un lanzamiento cruzado de Alves que salió a la derecha de Rico por poco. Banega, en el semicírculo del área de Ter Stegen, botaría magistralmente una falta que sólo el arquero alemán fue capaz de impedir. El Sevilla buscaba el gol y el Barcelona no estaba dispuesto a ponérselo fácil, siendo un cabezazo de Piqué a córner botada por Rakitic la ocasión con la que se llegaría al ecuador del partido.

Tras el paso por vestuarios, controlaría el Sevilla el balón, mostrándose mucho más cómodo que su rival al estar en superioridad numérica. Y pronto avisó Banega, quien se sacó un zapatazo al palo de Ter Stegen en el minuto 50 que bien pudo valer otra final. Pero el destino le tenía preparado un final mucho más amargo a los de Nervión, a pesar de que todo pareciese ponerse a pedir de boca. Y es que poco tardaría Luis Suárez en marcharse lesionado, dándole más argumentos si cabe a los de Emery a ir a por la Copa.

El Sevilla olía la sangre y quería más. Busquets, en el 65', desviaba un lanzamiento a Gameiro, mientras que Krychowiak, minutos después, cruzaba en exceso un lanzamiento lejano. El Barcelona se veía obligado a ponerse el mono de trabajo y el Sevilla soñaba con un nuevo título que parecía estar cada vez más cerca. Sin embargo, un cruel desenlace esperaría al Sevilla, cuando una pérdida de Coke en la prolongación propiciaba una contra culé que Banega se veía obligado a desbaratar con falta, siendo expulsado por roja directa. Una ausencia, la del argentino, que dejaba al Sevilla huérfano a la hora de crear juego, y que igualaba las fuerzas durante la prórroga. Treinta minutos más de partido en los que poco tardaría en mover ficha el Barcelona por medio de Jordi Alba, quien movería el marcador en el 97' después de ganarle la espalda a Vitolo en la izquierda y de batir a Sergio Rico en el palo largo. Y sería Rico, precisamente, quien se reivindicaría posteriormente hasta en tres ocasiones, protagonizando tres auténticos paradones de manera casi consecutiva. Con la llegada de la segunda mitad de la prórroga, Unai Emery le daba entrada a un inoperante Llorente en su idea de aportarle refresco al plantel; un cambio que sirvió de poco y tras el que llegaría el definitivo 2-0, por medio de Neymar. Un tanto que servía para darle la puntilla al Pentacampeón de la Europa League, quien este lunes le pondrá el broche a la temporada junto a todos los sevillistas por las calles de la capital hispalense. Una final a la altura del (Sub)Campeón, sin prefijos.