Coke, el héroe de Basilea, fue el encargado de colocarle la bandera blanquirroja a la diosa Ceres

La 'Quinta', como la primera vez

La 'Quinta', como la primera vez
El fin de fiesta en el Sánchez Pizjuán fue espectacular. - F. Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 4 min lectura
Pentacampeón. Se dice pronto, pero ningún otro equipo en Europa puede presumir de ello. Eindhoven, Glasgow, Turín, Varsovia y Basilea. Cinco escenarios míticos, testigos de la gloria de un Sevilla de leyenda.

Y como cada mayo, convirtiendo en tradición un hito al alcance de muy pocos, la Sevilla blanquirroja se echó a la calle para vitorear a sus héroes como se merecen. Unos gladiadores que sólo un día antes derramaban lágrimas de impotencia sobre el coliseo del Calderón, ayer enjugadas y convertidas en radiantes sonrisas por el aliento inagotable de una afición que no se cansa de celebrar éxitos, con los mismos rostros de felicidad e ilusión de la primera vez, aquel 10 de mayo de 2006.

Diez años celestiales. Nueve títulos. Y dos finales más a las puertas. Momentos mágicos que jalonan la etapa más gloriosa de un Sevilla que volvió a darse un baño de masas por las calles de la capital hispalense. No pudo ser el doblete. Pero nadie se acordó. Los de Emery cayeron como auténticos campeones y así se lo reconoció su gente.

Entre cánticos y vítores, equipo y afición, ese inseparable binomio fundamental en los logros conseguidos, esa dupla mágica que convierte el Pizjuán en santuario y fortaleza, celebraron por todo lo alto la consecución de la ´Quinta´. Un trofeo que nadie ama más que el sevillismo. Una competición, la Europa League, convertida en fetiche que desata la pasión nervionense, reflejada en los miles y miles de aficionados que se echaron a la calle para colorearlas de blanco y rojo y festejar así que hace cinco días su equipo doblegó a otro grande como el Liverpool en un partido memorable.

No podía ser otro que Coke, el héroe de Basilea, quien trepase hasta lo más alto en la fuente de los éxitos nervionenses, junto a Carriço, para vestir de sevillista, con bufanda y bandera incluidas, a la Diosa Ceres. Un momento álgido que desató la locura entre una afición entregada, que durante todo el recorrido formó una auténtica marea blanca y roja que no paró de corear a sus ídolos y cantar al mismo son que ellos.

Cumpliendo con la tradición, la ´Quinta´ también fue ofrecida a la Virgen de los Reyes en la Catedral y a la ciudad de Sevilla en el Ayuntamiento, desde cuyo balcón llegó la apoteosis en forma de cánticos. Del "Coke selección" al himno del Centenario, pasando por los vítores al otrora discutido Emery y su ambición al recordar que la próxima campaña habrá que pelear en la Champions, sin olvidar, como no, al malogrado Antonio Puerta. Porque de su ´Zurda de Diamantes´ salió aquel gol que cambió la historia de un club y una afición que vivió el fin de fiesta por todo lo alto en su santuario, el Ramón Sánchez Pizjuán.

Diez años han transcurrido desde aquel imborrable zurdazo que abrió las puertas de la gloria. Una década plagada de éxitos que no por habituales restan un ápice de pasión. Bastaba con ver los rostros de los presentes. De los más pequeños y de los mayores, que ni en sus mejores sueños esperaban vivir tantas gestas. Y así, como si fuese la primera vez, el sevillismo celebró la ´Quinta´.
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