Emery, el 'almirante' que condujo la nave sevillista de nuevo a la gloria

El entrenador Unai Emery deja el Sevilla para iniciar una nueva aventura en el París Saint-Germain tras haber sido uno de los grandes artífices del exitoso trienio del club andaluz, en el que, a base de trabajo e ilusión, se erigió en el 'almirante' que condujo la nave sevillista de nuevo a la gloria.

Hijo y nieto de porteros, Unai Emery Etxegoien (Fuenterrabía, Guipúzcoa, 3 de noviembre de 1971) llegó al Sevilla el 15 de enero de 2013 en sustitución del destituido José Miguel González 'Míchel' y ahora deja huérfano el banquillo sevillista por los hilos económicos que mueven al fútbol y para afrontar retos aún mayores, si cabe, pero lo hace como una auténtica leyenda del Sevilla contemporáneo.

En sus tres años y medio como técnico del equipo hispalense, este vasco metódico, extremadamente meticuloso con el trabajo y siempre obsesionado con el fútbol y el afán de superación, con hacer crecer a su equipo y sacarle lo mejor, ha logrado sus únicos títulos (tres de la Liga Europa seguidos) en el Sevilla, además de haber batido récords.

Para su salida deberá pagar los 2 millones de euros de su cláusula de rescisión de contrato y, en principio, no ha levantado muchas ampollas en la afición, consciente de que la gran senda gloriosa que han recorrido juntos, y el propio Emery con el Sevilla, iba a desembocar sin remedio en el interés de un club poderoso, en este caso el multimillonario PSG del jeque catarí Nasser Al-Khelaïfi.

Aunque duela, por cortar una segunda etapa de ensueño para el sevillismo tras la vivida en 2006 y 2007 con Juande Ramos, su marcha es consecuencia de los espectaculares éxitos del club en un trienio de ensueño, pero también es notorio que ha sorprendido, y mucho, a los seguidores del equipo del barrio de Nervión.

En especial, por la complicidad y la implicación con los futuros retos del Sevilla que el guipuzcoano exhibió abiertamente en la celebración de la tercera Liga Europa ganada hace apenas tres semanas en Basilea (Suiza), y por su temperamental llamamiento a seguir con el sueño y a "ir a por la 'Champions'".

No lo tuvo fácil al principio, pues fue muy cuestionado por la afición tras llegar mediada la liga 2012-13 -el equipo acabó noveno, pero accedió a Europa al ser excluidos Málaga y Rayo-.

Incluso, pese a los títulos ganados, un sector minoritario pero irreductible de sevillistas siempre se mostró muy crítico con Emery por algunos de sus planteamientos o sus malos resultados a domicilio -en la última campaña 2015-16 no ganó ningún partido fuera-.

En el Sevilla, con el que tenía contrato hasta junio de 2017 tras ampliarlo dos veces -2014 y 2015-, el técnico vasco, de 44 años y formado como jugador en la cantera de la Real Sociedad, con la que llegó a debutar en Primera, se encontró el listón en lo más alto.

Parecía casi una quimera que el sevillismo volviera a tocar la gloria tras los seis títulos ganados en su quinquenio histórico (2006-2010): dos Copas de la UEFA, dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España.

Sin embargo, y aunque le costó ganarse a la gente, Emery, a base de método, de trabajo, de sacrificio y de inculcar un gen ganador a sus jugadores, devolvió al Sevilla a la senda de los éxitos y lo hizo de nuevo campeón, tres veces seguidas, de la Liga Europa, un récord inédito en esa competición 'talismán' para los hispalenses.

Se proclamó campeón en 2014 ante el Benfica (en Turín), en 2015 frente al Dnipro (en Varsovia) y el pasado mayo contra el Liverpool (en Basilea). Además, esos dos últimos títulos conllevaron el premio extra de pasar a la fase de grupos de la 'Champions', que no superó en la última campaña, pero fue repescado para la Liga Europa, y que volverá a jugar en la próxima.

También jugó y perdió dos finales de la Supercopa de Europa ante el Real Madrid (2-0) y el Barcelona (5-4), en los dos últimos años, y otra, la más reciente, de la Copa del Rey, en la que también cayó en la prórroga ante los azulgranas (2-0) el pasado 22 de mayo.

Así, Emery deja el club con el que se implicó al máximo como un referente y uno de los grandes artífices del laureado Sevilla del último trienio, al haber sacado un rendimiento extraordinario a todas sus plantillas pese a tener que recomponer el equipo cada verano por el traspaso de sus jugadores más destacados.

Con 205 partidos en su banquillo y un balance de 106 victorias, 43 empates y 56 derrotas, se ha situado como el segundo técnico sevillista con más encuentros dirigidos, sólo superado por Joaquín Caparrós (226), y es su entrenador con más partidos en competiciones europeas con 50, al superar esta pasada campaña a Juande Ramos (37).

Antes de triunfar en el Sevilla, entrenó al Lorca Deportiva (2004-06), al que subió a Segunda División; al Almería (2006-08), al que subió a Primera; al Valencia (2008-12), del que no salió bien parado pues siempre fue muy criticado pese a clasificarlo tres veces para la 'Champions' como tercero en la Liga; y al Spartak Moscú (2012), en el que no brilló y fue destituido en noviembre de ese año.