Intensidad”, “agresividad”, “presión”, “energía”. Son términos marcados en rojo en el librito de
Unai Emery, palabras habituales en sus discursos en el vestuario y las ruedas de prensa. “Es la base para poder crecer en la dirección que queremos”, ha dicho en alguna ocasión, pero le está costando esta vez inculcárselo a sus jugadores cuando no cuentan con el vigor que les imprime el Ramón Sánchez Pizjuán.
Los datos hablan por sí solos. El
Sevilla es el equipo de la Liga que más disparos concede por partido de media (14,5), más de los que realiza (12,4).
El nervionense es, además, el segundo con menos entradas al rival cada 90 minutos (17,3), estando únicamente por delante del colista, el Levante (16). Otro aspecto que evidencia que la presión del cuadro nervionense no es la correcta se atisba también en la cantidad de pases interceptados, estando los blanquirrojos en este sentido también muy a la cola, pues hasta 16 equipos de Primera cortan más jugadas del rival que el
Sevilla, que se queda en 18,3.
La falta de intensidad fuera de casa se traduce en que los de
Emery suman casi dos puntos menos en las visitas (0,64) que en su feudo (2,57), en que tienen 19 goles menos a favor (29/10) y cinco más en contra (12/17).
Sevilla, Barça y Juventus son los únicos de las cinco grandes ligas de Europa que han hecho pleno en los últimos seis encuentros como local, si bien el hispalense es, junto al Aston Villa, el que más choques acumula sin vencer fuera (14).
Carlos Pérez2 min lectura