Para quien no ha seguido la carrera de
Matías Kranevitter resulta extraño que el Sevilla haya podido adquirir un jugador del
Atlético de Madrid cedido y
sin opción a compra. En Nervión, sin embargo, lo ven lógico. Primero, como explicó Monchi, porque sobre los colchoneros pesa una futura
sanción de la FIFA que les impedirá fichar, y no quieren correr el riesgo de quedarse sin futbolistas suficientes; y, segundo, porque hace varios años que se guardan
informes jugosos de un futbolista que, pese a contar sólo con 23 años, no es ningún ´pollito´ al que criar. Por su inteligencia táctica,
parece todo un veterano.
Kranevitter es un pivote defensivo que empezó en River como
volante y que, pese a no prodigarse en ataque (a veces prueba el disparo lejano), muestra mucha
movilidad dentro de su zona. Baja para ayudar en la salida (toca y se mueve para ser receptor del pase, algo que exige siempre Sampaoli), tiene una buena arrancada y sabe girar rápido para salir de la presión rival y buscar a algún compañero que esté libre.
En la pasada Copa América, firmó el
récord de pases en un mismo partido (ante Bolivia), con 110, y es muy poco habitual que su acierto baje del
90% o que mande balones en largo (el 10% del total, aproximadamente). Kranevitter no es un mediocentro con el físico de
Krychowiak, ni mucho menos, pero va al choque con
carácter y sabe hacer buenas
faltas tácticas cuando el adversario está saliendo, algo determinante para un equipo, como este nuevo Sevilla, que jugará muy alto, con las líneas adelantadas en busca de una presión fuerte al primer receptor del balón.
En Argentina, además, el tucumano actuó en muchas ocasiones sobre un
4-3-1-2, un sistema que utiliza mucho el flamante entrenador del Sevilla. De sus dotes ha podido verse poco en España, porque llegó a mitad de temporada (el suramericano necesita, generalmente,
unos meses de adaptación) y a un equipo hecho que estuvo luchando hasta el final por la Liga y la Champions League, pero en Nervión se le llevaba siguiendo desde hacía varios años (hubo
intención de comprarlo, incluso) y entienden que es el idóneo para lo que necesita Sampaoli de un ´5´.
No es cuestión, por tanto, de ser mejor o peor jugador que Krychowiak, sino de
ser más o menos válido para una idea. Sampaoli quiere que Kranevitter sea
quien marque a qué altura debe jugar el equipo en cada momento. Si ofrece lo que los técnicos esperan de él, que haya llegado cedido será lo de menos.