El reto de que una estrella deslumbre en el Sevilla

La ilusión generada por un fichaje estrella no ha sido correspondida con rendimiento últimamente en Nervión. El brillo lo han aportado futbolistas que aterrizaron con menos glamour pero que pronto se ganaron el rol de protagonistas por su trabajo y aportación, al contrario que aquellos que ya traían una vitola que luego no justificaron sobre el césped.

De hecho, apenas sumaron en el carrusel de éxitos con Emery, al que pusieron a sus órdenes a efectivos con nombre a los que terminó sentando en el banquillo, lo que enfrenta a Samir Nasri, la contratación estelar de la recién cerrada ventana de transferencias, al reto de romper un gafe iniciado en este lustro por Marko Marin.

El bosnio, cedido por el Chelsea, elevó las expectativas al tratarse de un jugador de caché alto y conocida calidad, mas en la practica no pasó de una exhibición de individualismo y una nula labor para el equipo que le costó pasar a un segundo plano para el entrenador vasco, que en ningún caso quiso que continuara en el Sánchez Pizjuán. Lo mismo ocurrió con Gerard Deulofeu, cuya llegada también despertó entusiasmo, pues se le consideraba una de las principales perlas del fútbol español, si bien tampoco llegó a cuajar, prácticamente por lo mismo que Marko Marin.

Ya el verano pasado, para el regreso a la Champions, la dirección deportiva apostó fuerte y reclutó a dos futbolistas muy cotizados con el consecuente esfuerzo económico con sus salarios: Fernando Llorente, un delantero de categoría internacional y Konoplyanka, considerado entre las principales perlas del Viejo Continente y pretendido por múltiples clubes. Llegaban para liderar el proyecto en la máxima competición europea, pero, como sucedió con sus antecesores, jugaron un rol secundario debido a que cuando disfrutaron de oportunidades no cumplieron las expectativas, convirtiéndose en grandes decepciones.

Aun así, el ucraniano, que también defraudó en la Eurocopa con su selección, iba a contar con otra oportunidad esta temporada, y comenzó con muy bien en la preparación, con goles y buenas sensaciones, pero perdió fuelle con los partidos y Jorge Sampaoli lo no tardó en borrarlo de sus planes al entender que no se ajustaba a lo que él necesita. Situación que propició su inesperada salida en el ocaso del mercado y la llegada de la nueva estrella, un Samir Nasri que ha deslumbrado en todos los clubes en los que ha jugado, incluido un Manchester City donde ocupa el segundo puesto histórico en asistencias en la Premier (31) tras David Silva (58).