El análisis

Sin 'cerebro', sin continuidad

Sin 'cerebro', sin continuidad
Algunos jugadores del Sevilla comentando el devenir del partido en Ipurúa. - Carlos Pérez
Carlos PérezCarlos Pérez2 min lectura
Sampaoli suele modificar sus planteamientos en cada partido, según el equipo que tenga enfrente, pero nunca modifica su idea, la cual pasa por vivir en campo rival el máximo tiempo posible, iniciando las acciones a ras de césped desde el portero y pasando por todas las líneas tocando. El problema es que se trata de un estilo de juego que exige continuidad y su Sevilla no la tiene. Suele partirse en dos con facilidad.

Sin importar el esquema inicial, acaba jugando los 90 minutos de casi todos los encuentros con una especie de 4-1-4-1, en el que el pivote se queda con demasiados metros, al tener por delante sólo mediapuntas, extremos y delanteros. No tienen un mediocentro al uso, un ´cerebro´, alguien que sepa manejar el ´tempo´, que busque al hombre libre, que toque y toque para desgastar al rival cuando éste se encuentra en inferioridad, como ayer.

En Ipurua, además, el de Casilda tuvo la desgracia de verse obligado a gastar los cambios por sendas lesiones de Rami y Carriço, con lo que se quedó en el centro con Kranevitter, dado a soltarla rápido tras el robo; Kiyotake, al que le gusta jugar en uno o dos toques; y Ganso, un buen último pasador. Faltaba criterio y pausa, además del carácter que le imprimió un Eibar al que no se le notó quedarse en inferioridad.

De hecho, presionó hasta provocar un error, otro, en la salida desde atrás del Sevilla. En favor de los zagueros está la ausencia de ese mediocentro que baje al espacio a recibirla y llevarla arriba. Podrían haber sido Banega, Roque Mesa o Parejo. Con N´Zonzi el error se maquilla algo, pero también es perceptible. Ahí falla algo.
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