Nada de medias tintas

Manifiesto por el derbi

Manifiesto por el derbi
El balón, a punto de entrar en la portería en uno de los derbis de la pasada temporada. - Jose Ibáñez
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 4 min lectura
Se prohíben los empates. Si hubiera que poner una regla que definiera el derbi perfecto sería ésa. Prohibir los empates. Que Betis y Sevilla, Sevilla y Betis, se mire por donde se mire, estuvieran obligados a ganar o a perder. Nada de medias tintas. Para medias, las caídas de Gordillo o las negras del Sevilla campeón de Liga en 1946. Para tintas las de los periodistas vestidos de objetividad sobre el aficionado que cada uno esconde. El aficionado y la aficionada, que, por suerte, éste es un derbi donde cada vez toman más relevancia las mujeres. El derbi se universaliza, traspasa fronteras. No entiende de sexos, razas ni religiones. Ni de empates debería entender. Que siempre haya un vencedor, que el caído aguante la guasa como pueda y espere su momento de revancha.

Vamos, manque pierda y hasta la muerte, también en esto se incluye un viceversa, hay que vencer. Por Tutatis. Quien dice Tutatis dice Kanouté o Cardeñosa, según el gusto de cada cual. Que no, Sampaoli, que no Poyet, que no valen los empates. Como dirían en mi barrio y en mi pueblo: se vale tirar bojinazos, la ley de la botella, acordarse de las castas del que te defiende para provocarle… lo que queráis, pero que no haya empate. Que gane uno, si puede ser el mío, por favor. Tengo ganas de guasa, que hay un malaje del otro bando al que tengo atravesao y quiero contarle un par de chistes. Por Jesús Navas y Adrián San Miguel. Por San Miguel, no, por la Cruzcampo, ahí sí que te firmo el empate, cuando quieras nos tomamos una juntos. Se admite sin alcohol o refresquito. Lo que no se admite es no ir al estadio o apagar la tele o la radio. El derbi es para vivirlo.

Se está acercando la hora. Me pican hasta las pestañas de la emoción. El nerviosismo se apodera de mi cuerpo. Son tantos recuerdos. Me acuerdo de los que no están y de aquellos con los que voy a sufrir este nuevo capítulo. Qué grande es mi equipo. Y el otro. El otro también es grande. No voy a decir que soy amigo de mi rival pero mi rival me hace más grande.

Por Cástor, por Rubén Cástor. Por D10s, por Maradona. Pártanse los escudos sobre el campo. Déjense la sangre y los sudores. Luchen para que las lágrimas bañen el Guadalquivir de Sevilla. Queremos emoción, garra, estrategia y muchos goles. No sean reservones, salgan a morir. El fútbol es pura emoción. Sevilla es puro fútbol. Ustedes representan al Sevilla Fútbol Club y al Real Betis Balompié, no los dejen en mal lugar. No vale el empate. Los dos a muerte. Los veintidós que se vistan de corto, que salgan a darlo todo. Que no se preocupen, van a estar arropados por la grada. Para ese día, las aficiones se habrán estado cuidando las gargantas. Ustedes, futbolistas, cuiden la historia que llevan sobreimpresa en el pecho de la camiseta.

Háganlo por las botas blancas de Alfonsito, por el convaleciente Coke, por la inspirada cabeza de Palop, por las santas manos de Esnaola. Ciérrese este manifiesto nombrando a dos enormes porteros, dos grandes antivirus del gol contrario para repetir la máxima del derbi: se prohíben los empates.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram