Tan diferentes y tan iguales.
Jorge Sampaoli y
Gustavo Poyet, dos entrenadores con visiones distintas del fútbol, pero con un denominador común: el carácter ofensivo de sus equipos y el sacrificio sobre el campo. Un encuentro de máxima rivalidad en el que el Amateurismo que defiende el de
Casilda llega a su máxima expresión y en el que el profesionalismo y todo lo que envuelve al fútbol moderno pasa a un segundo plano para el argentino, quien ha reconocido que deberán jugarlo como si de "un partido de barrio se tratase". No habrá favoritos en
Nervión, pero sí tendrá más que perder el
Sevilla por el mero hecho de jugarse en el
Sánchez Pizjuán. Poyet lo sabe y por eso intentará anular las virtudes de un conjunto blanquirrojo que se dibujará presumiblemente sobre el 4-1-4-1 con el que el ´Zurdo´ no le perderá la cara al arco rival, viéndose un
Sevilla volcado al ataque y afín al del partido ante el
Espanyol, pero que no debe caer en ese carácter kamikaze que, de ser así, intentarán aprovechar los de
Poyet, con un 4-3-3 y un equipo algo más compacto que irá al ataque desde la defensa y que buscará los errores no forzados del rival para matar a la contra. Un
Betis al que no le gustan los partidos locos y que, pese a sufrir demasiado con las idas y venidas, intentará hacerse con el control en la zona ancha y, así, potenciar que los de Nervión se rompan en dos, un mal que han evidenciado en exceso en este inicio de temporada. En definitiva, un duelo canchero en el que no habrá dolor y para el que el espectáculo está asegurado.