Embriagado de tanta gloria europea en esta prodigiosa década, el sevillismo, siempre exigente, quiere más. El conformismo quedó desterrado hace años de su vocabulario y en el casi inmaculado expediente de su equipo hay una asignatura pendiente que focaliza la ilusión:
Champions.
Hablar del torneo de los torneos son palabras mayores. Pero en Nervión no renuncian a ver a los suyos codeándose con los mejores. El
Dinamo de Zagreb no está ni de lejos entre ellos, pero una nueva victoria ante los croatas puede ser la puerta que abra ese sueño latente.
Tras chocar con esa primera barrera la pasada campaña, aunque con final feliz a posteriori en 'su' competición, la composición del grupo aventuraba mayores opciones en esta ocasión. Aunque apostar por una clasificación tan prematura parecía osado. Un mínimo objetivo, el de alcanzar los octavos, que puede quedar sellado hoy mismo, a falta de dos jornadas, siempre y cuando los de
Sampaoli hagan los deberes y la
Juventus, siguiendo la lógica, se imponga en su feudo al Lyon.
Ya habrá tiempo de hacer cuentas para luchar por el liderato, pero este nuevo
Sevilla no debe dejar pasar la gran oportunidad que se le presenta. El rival, que ya demostró hace dos semanas estar varios escalones por debajo, no debe hacer caer en la relajación. Es tan grande el premio que hay en juego que no hay lugar para ello.
Es por esto que
Sampaoli ha rechazado recurrir a aquellas rotaciones tan habituales en sus primeros pasos, anunciando cambios sólo por necesidad. La principal, la baja de
Samir Nasri, el auténtico faro del juego sevillista por su capacidad para coser al equipo al recibir, conducir y asociarse.
Sin el franco-argelino, lesionado, se abre un ramillete de opciones, pero si en Gijón el de Casilda optó por dar entrada a Iborra tras el descanso, en esta ocasión todo apunta a que recurrirá a un relevo más específico como
Ganso. Un costoso fichaje que tiene que dar un necesario paso adelante tras el esperanzador destello dejado ante el
Alavés.
Por lo demás,
Carriço se mantendrá en el eje de la zaga por la baja de
Pareja, reservado para El Molinón y lesionado posteriormente durante un entrenamiento, y
Escudero regresará al lateral izquierdo.
Esto provocará que
Vitolo o
Franco Vázquez se emparejen con
Ganso por detrás de los puntas, siempre y cuando Sampaoli, que tampoco descarta cambiar de sistema, mantenga el dibujo empleado ante el Sporting para seguir jugando con dos delanteros, como acostumbra ante rivales sobre el papel inferiores. Para ello, la buena noticia la protagonizó
Ben Yedder, que acabó con un tobillo maltrecho en tierras asturianas pero ayer trabajó ya con el grupo con aparente normalidad.
Enfrente, un
Dinamo de Zagreb mejorado desde la llegada al banquillo del búlgaro
Petev, que acumula cinco jornadas ligueras sin encajar pero que en Europa, prácticamente, ha entregado la cuchara. Con ceros puntos y cero goles a favor, su adiós a las competiciones continentales es cuestión de tiempo, por lo que desde
Croacia anuncian a un equipo con caras nuevas pero con el mismo plan: pertrecharse atrás, con una línea de cinco, e intentar cazar una contra.
Un rudimentario fútbol que este
Sevilla cada vez más reconocible, siempre desde la premisa de la posesión, deberá desmontar con el aporte de pegada que faltó en Gijón. Un necesario condimento para hacer unos deberes que se premian a lo grande.
- Alineaciones probables:
Sevilla F.C.: Sergio Rico; Mercado, Rami, Carriço; Escudero, N'Zonzi, Mariano; Ganso, Vitolo; Ben Yedder y Vietto.
Dinamo Zagreb: Livakovic; Stojanovic, Sigali, Schildenfeld, Benkovic, Pivaric; Pavicic, Machado, Coric; Soudani y Fernandes.
Árbitro: Felix Zwayer (Alemania).
Estadio: Ramón Sánchez Pizjuán; 20:45 horas (beIN Sports).
Fernando Mateos5 min lectura