N'Zonzi de Nasri y Ganso... de Ganso

Jorge Sampaoli había tardado en dar con un once tipo que se asentase en la titularidad, que supiese compenetrarse y que hallase el camino para desarrollar ese fútbol ofensivo y basado en dominar la posesión. Por eso, la expectación ayer estaba en ver cómo solucionaba la baja de Nasri, el catalizador de ese estilo. Todos los focos alumbraban a Ganso y, efectivamente, el brasileño fue titular.

Sin embargo, el que realmente hizo de Nasri fue N'Zonzi y a Ganso le tocó hacer... de Ganso, de ese jugador que no se mide por lo que interviene sino por cómo lo hace. Preciosista como pocos, cumplió con brillantez el encargo de dar el último pase y de abrir el campo cuando se incorporaban los 'laterales-extremo', moviendo así a la poblada pero débil zaga del Dinamo de Zagreb, que salió con un replegadísimo 1-4-5-1.

Mientras, N'Zonzi asumía las labores de creación, de ese 'tuya-mía', de bajar a recibir e iniciar la jugada buscando líneas de pase con ese estilo calmado que le caracteriza y con esas piernas larguísimas que le permiten resetear la jugada cuando la entrega no sale bien.

Ambos agradecieron, más que el cambio de sistema a un 1-4-3-3, la inclusión de Kranevitter, que les guardaba las espaldas y reducía de manera notable el esfuerzo físico. Por delante de ellos, libertad absoluta de movimientos para Vitolo, el 'Mudo' e incluso para Vietto.

Con uno más toda la segunda mitad, la única pega del Sevilla era que, a pesar de la facilidad con la que llegaba y generaba ocasiones, no acababa de matar el partido. Sin el más mínimo problema atrás (Rami se aburría y aparecía a veces en la zona de los mediapuntas), el técnico sevillista dio entrada a Ben Yedder por Vázquez para tener dos puntas, dejando a sólo dos atrás y atacando con el resto. Fue demasiado para un débil y acomplejado rival. Cayeron cuatro y, aparentemente, habrían caído los que hubiese necesitado.


Kiyotake también se reengancha
Sampaoli no sólo logró reactivar ayer a Ganso, aprovechando la baja de un Nasri al que no había quien moviese del once, sino que también le dio bola a un Kiyotake que arrancó muy bien el curso y que no jugaba desde el 17 de septiembre, en Eibar (90').