El proverbio en latín ‘Pedes in terra ad sidera visus’ describe la realidad actual de un
Sevilla con la
coherencia suficiente para no despegar los pies del suelo pero también con la
ambición y los
motivos necesarios para alzar la mirada hacia el cielo. En
Nervión se apela al avance paulatino, a un discurso tan prudente como pleno de
ilusión en el que se apuesta por la
superación, por tomar la máxima altura posible pero sin referirse a metas reservadas en principio para los todopoderosos y que, habitualmente, se adentran en el
terreno de los sueños.
No obstante, tras un arranque de temporada por encima incluso de las expectativas, con resultados extraordinarios y sensaciones cada vez más próximas a las ‘prometidas’ por Sampaoli, el
Sevilla puede obtener esta noche un
visado que suprimiría las fronteras corrientes y le situaría en una posición en la que resultaría extremadamente complicado convencer a los suyos de no
suspirar por la gloria liguera. Porque hoy recibe al
Barcelona con la posibilidad de
rebasarle en la tabla y
destapar definitivamente una
candidatura de la que nadie quiere hablar en el club pero que se consolidaría si exhibe las mismas garantías que contra el Atlético de Madrid, que cayó ayer en Anoeta y le reabre la puerta al podio.
Nervión espera
expectante y ávido de prolongar su condición de fortaleza ante uno de los mejores equipos del mundo tras
no conceder ni un solo punto en los siete partidos como local (cinco en Liga y dos en Champions). La moral está en grado sumo. Y más por la entrada en la
convocatoria de
Nasri, deseoso de medirse con el
Barça y brillar al nivel de sus estrellas, de una
'MSN' que, aunque aparentemente no atraviesa por su mejor momento, siempre supone una amenaza por su desmesurado talento y la presencia de
Messi, ausente en la gesta nervionense del curso pasado en la
‘Bombonera’. El
franco-argelino se ha recuperado a tiempo de su lesión y, si todo va bien, vertebrará la intención del
Sevilla de
robarle el balón al Barça y, por ende, asumir el protagonismo del juego.
Las bajas de Pareja y Mercado atrás le impiden al casildense desplegar su 1-3-3-3-1, decantándose por una
defensa de cuatro con la entrada de Carriço y reforzada posiblemente con un doble pivote compuesto por
Kranevitter y
N’Zonzi, ya juntos ante el
Dinamo. Por delante, su habitual línea creativa con el
‘Mudo’ Vázquez, Vitolo y el franco-argelino, que, en la posesión, retrasará la posición para iniciar las jugadas. Y arriba,
Vietto, vital en el esquema de
Sampaoli por su movilidad y capacidad para generar huecos aprovechados por las llegadas desde atrás.
Enfrente, el
Barça se desplaza al
Sánchez Pizjuán tocado por la derrota ante el City de Guardiola y con numerosas
bajas, destacando la de
Piqué en el centro de la zaga y la de
Iniesta, a cuyo puesto aspiran sobre todo
Denis y
Arda. Claro que arriba no faltará ninguno de sus astros, lo que exigirá máxima concentración y no cometer ni un error. Sólo de esta manera y con un
óptimo aprovechamiento de sus
automatismos en la vanguardia, dispondrá de opciones reales de ganarse el derecho a unas
alas para volar sin límite, a la altura de los sueños más ilusionantes.