Decía Jorge Sampaoli durante la previa del partido que Nasri y Ganso son jugadores "muy diferentes" a la vez que "importantes". Dos futbolistas que, a tenor del argentino, podrían coincidir en el campo.
Sin embargo, con el francés lesionado, volvió a ser N'Zonzi el que le diera la movilidad del galo al fútbol sevillista, entrando el brasileño para aportar esas pinceladas de calidad y ese último pase que se le requiere, tal y como ya ocurriera semanas atrás frente al Dinamo de Zagreb en Liga de Campeones.
Una labor que el ex del Sao Paulo cumplió ayer, dándole un pase espectacular a Sarabia que bien pudo ser gol y que el madrileño no supo definir, hablándose seguramente hoy de Ganso desde otra perspectiva si esa jugada hubiera supuesto el empate a uno. Un equilibrio que el futbolista está aún por alcanzar, estando por encima lo que el equipo pierde sobre lo que gana con él en el campo. Su aportación tiene que ir a más, por muy determinantes que puedan resultar ser sus pinceladas.
Alejandro Sáez1 min lectura