"Me viene a la mente el trabajo hecho en estos 16 años, que han sido años muy difíciles. Ha llegado mucha gente y la mayoría no era conocida, pero al final han triunfado al más alto nivel". Es el balance que
Ramón Rodríguez Verdejo hace de su exitosa etapa al frente de la dirección deportiva del
Sevilla, un exitoso trabajo que ha puesto al club en la primera plana del fútbol europeo.
En una entrevista para '#0',
Monchi ha detallado la metodología de trabajo que lleva a cabo su equipo de trabajo, compuesto por 16 personas que estudian decenas de ligas y miles de jugadores por temporada, clasificándolos por interés y potencial es una de las claves de uno de los métodos de scouting más exitoso de nuestro fútbol.
"Mi vida está rodeada de fútbol", explica el de
San Fernando, quien revela cómo clasifican a los jugadores estudiados: "El que tiene una 'A' es un jugador que hay que ir a su casa a convercerlo; 'B' es un jugador bastante interesante; 'C' es un jugador al que hay que seguir y 'D' es un jugador que no interesa... Hay muchísimos informes de todos ellos y, si yo veo que hay muchas 'A' y 'B', me paro a estudiarlo. Si a simple vista se ve que abundan las 'C' y las 'D', pues lo descarto".
"De las ligas de 'clase A' hacemos mensualmente un once con jugadores interesantes y, a partir de enero, vemos a los jugadores de una forma más concreta. Sobre abril, más o menos, y ya con ayuda del entrenador, se concreta el perfil que necesita el equipo y tiramos de una lista de nombres elegidos entre los que buscamos el mejor para ese perfil determinado", ha agregado un Monchi que, entre todos sus fichajes, se queda con el de
Poulsen.
"El fichaje de
Christian Poulsen, del
Schalke 04, supone para mí el cambio de rol del
Sevilla en el panorama internacional. Cuando estaba reunido con sus agentes, me enseñaron un contrato que le había ofrecido el Milan. Y al final firmó con nosotros. ¡Le habíamos quitado un jugador al Milan!", argumenta.
Para aquel portero que pasó toda su carrera en el
Sevilla y que se retiró en el año 2000, ocupando luego el puesto de delegado, fue una sorpresa mayúscula que el club le propusiese un cargo de tanta relevancia. "No tenía ni idea de lo que era ser director deportivo, no me lo había planteado nunca. Yo estudié derecho para ejercer la abogacía, pero me lo plantearon y... hasta hoy".
Y así, 25 años entregado a unos colores que lleva tatuados a fuego: "Amo este club. Es más que mi trabajo, es mi vida. Más que director deportivo, soy sevillista".