El perfil

Fabrice Ondoa: Un talento aún por pulir

Fabrice Ondoa: Un talento aún por pulir
Ondoa, el día de su fichaje por el Sevilla Atlético. - Juanfran Moreno
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 3 min lectura
Fabrice Ondoa (Yaounde, 1995) es un talento por pulir. El portero camerunés llegó en el mercado de invierno pasado al Nàstic de Tarragona, tras su paso por la cantera del Barcelona. Ante la dificultad de contar con minutos en el primer equipo grana, llegó a disputar cinco encuentros con su filial, la Pobla de Mafumet. Ondoa es internacional con Camerún, una selección que ocupa un hueco especial en su carrera futbolística. Le otorga una posición privilegiada. Quiere disputar la próxima Copa de África, que se juega este enero, de ahí que haya forzado su salida del Nàstic en busca de minutos. El club tarraconense sabía que también era lo mejor para él. Sus condiciones físicas auguran un portero de gran futuro. Desprende talento en cada una de sus intervenciones.

El meta recién llegado al Sevilla Atlético parece sacado de la misma máquina que los grandes arqueros africanos que han surgido en los últimos años. N'Kono o Kameni son los dos por excelencia. Repletos de reflejos, sin miedo a quedarse bajo palos y con la etiqueta de espectaculares revoloteando a su alrededor.

Ondoa responde a este perfil de portero. Sus virtudes son evidentes; sus defectos, también. Su juventud es el gran antídoto para pulir sus carencias. El juego de pies es el primer aspecto que el camerunés debe mejorar. A pesar de ser criado en la cantera azulgrana, no desprende confianza y su precisión en el pase largo ha de aumentar considerablemente. A ello hay que unir que es un portero con la falta de pragmatismo todavía muy latente. Se adorna en exceso. Aunque, eso sí: sus paradas son dignas de portada -los fotógrafos sevillanos pueden ir frotándose ya las manos-.

En definitiva, Ondoa es un cancerbero con unas condiciones excepcionales, con una capacidad atlética imponente, pero que debe mejorar en la practicidad de sus intervenciones y en la precisión en el pase en largo. En la Cisneros Palacios tiene la oportunidad perfecta para afianzarse, pulir sus carencias y, por qué no, soñar con debutar con el primer equipo. Para ello, su juego de pies necesita mejorar. Si no, con Sampaoli lo tendrá muy difícil. Ondoa llega con ambición, y su futuro pinta bien. Sólo queda colorearlo con un buen presente.
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