La historia obliga al Sevilla a rebelarse en LaLiga

La historia obliga al Sevilla a rebelarse en LaLiga
- Enrique García
Enrique GarcíaEnrique García4 min lectura
El triunfo sobre el Real Madrid ha avivado el debate. ¿Es el Sevilla candidato a LaLiga? Los números de la primera vuelta dicen que sí, victorias como las logradas sobre el Madrid, el Atlético o en Anoeta corroboran estas sensaciones y el discurso de Sampaoli es el de intentarlo. Desde el club tampoco se renuncia a nada, aunque Castro -"el objetivo es acabar en Champions"- y Monchi quisieron poner también un punto de cordura. "Hay que tener los pies en el suelo, pero sin renunciar a nada. Si hemos crecido tanto estos últimos años es por ser ambiciosos. Si LaLiga se va a los 90 puntos difícilmente la ganaremos. No somos tan superiores como Madrid o Barça para estar 40 partidos sin perder", señalaba el director deportivo en 'Cope' tras la victoria sobre el líder del campeonato.

Lo cierto es que el Sevilla tendrá que creer en uno de los mantras de Sampaoli, el de rebelarse contra lo establecido, si quiere aspirar al título pues la historia reciente de la competición apunta a un desenlace en torno a los 90 puntos. Las siete últimas Ligas se han decidido con 90 puntos o más y en dos de ellas el campeón llegó hasta las cien unidades. En las dos anteriores a esta serie, 07/08 y 08/09, los campeones sumaron 85 y 87 puntos respectivamente, marcas que entonces fueron las mejores de la historia.

El desarrollo de esta campaña no es muy diferente. El Madrid es líder con 40 puntos en 17 partidos, con una proyección de 89,4 al final del campeonato. Si gana los dos partidos que le restan -Málaga y Valencia- se iría a los 46 en la primera vuelta, sería la segunda marca más baja en las últimas nueve campañas, sólo por delante de los 45 del Barcelona el pasado curso, en el que los culés se alzaron con el título con 91 unidades.

La última vez que el campeonato de la regularidad se resolvió con menos de 85 puntos fue en la 06/07, precisamente con el Sevilla peleando por su segundo entorchado hasta que un empate en Mallorca con una recordada actuación arbitral de Iturralde González truncó las opciones del equipo que entrenaba Juande Ramos. En aquella campaña, el campeón de invierno fue el Barcelona con 39 puntos, uno menos de los que suma el Madrid con dos partidos por delante, y el campeón fue el equipo blanco empatado con el Barcelona a 76 puntos, una cifra habitual en aquellos tiempos para aspirar al título. Desde entonces las cosas han cambiado mucho. Sin ir más lejos, el Sevilla de Emery logró la mejor puntuación de la historia del club con 76 puntos... y fue quinto. Para aspirar al título hay que rebelarse.
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