Real Madrid 4-1 Sevilla FC: Otro partido perdido en las áreas

Real Madrid 4-1 Sevilla FC: Otro partido perdido en las áreas
El Sevilla dio la cara en el Bernabéu. - Fernando Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 6 min lectura
La mejor noticia llegó desde Villarreal. Allí, el empate amarillo selló el billete nervionense para la previa de la Champions. Un premio sin celebración porque en el Bernabéu, el Sevilla volvió a ser víctima, una semana más, de sus errores en ambas áreas.

Las múltiples bajas, incluida la del 'Mudo' Vázquez en el calentamiento, no impidieron a Sampaoli exhibir su versión más osada. Esta vez sí puso en liza un delantero, al contrario que en casi todas sus visitas a escenarios de enjundia. Y su equipo, que de inicio se afanó en tapar espacios ante las largas posesiones madridistas, pronto demostró que quería tener el balón.

Era el mejor modo de impedir que los blancos corriesen como posesos en busca del portal de Sergio Rico, cuyos dominios apenas fueron merodeados por los de Zidane. Es más, fueron los sevillistas los que más y mejores ocasiones tuvieron antes del descanso. Pero el Madrid, con una, hizo dos tantos. Y el conjunto nervionense no sólo perdonó arriba, sino que regaló los dos goles locales.

Antes del primero, Vitolo avisaba a los ocho minutos con un disparo raso desde el pico del área que Keylor detuvo en dos tiempos. Pero acto seguido, en una jugada más propia de infantiles, los profesionales sevillistas no hacían honor a tal calificativo y dejaban lanzar a Nacho una falta desde la frontal sin oposición, ya que no había pedido barrera, en un error de concentración alarmante.

Las protestas, inútiles, de nada servían ya. Un duro mazazo del que costó reponerse durante unos minutos. Parecía que el Madrid comenzaría su monólogo ante un Sevilla abatido, que en esos momentos no olía el balón. Pero lejos de bajar los brazos, los nervionenses reaccionaron y volvieron a sentirse a gusto con el esférico, asegurando cada pase y tocando con paciencia para tener el empate con dos acciones consecutivas de Jovetic.

En la primera, el montenegrino se topó con el palo tras un buen centro de Mercado desde la derecha, encontrándose segundos después con Keylor, que de forma poco ortodoxa, con los pies, desvió su chut cruzado.

Una elogiable respuesta sevillista de nuevo frustrada por un fallo propio. Esta vez fue una pérdida de Kranevitter la que propició la contra de un Madrid que se plantó en el área blanquirroja con hasta cuatro futbolistas, encontrando Cristiano, solo, el 2-0 tras un inocente despeje de Keylor a tiro de James.

Otro regalo y vuelta a empezar. Una vez más, al Sevilla le penalizaban sus errores en ataque y en defensa. Nada nuevo bajo el sol. Pero si enfrente, además, hay un rival como el Madrid... Y eso que los blancos no estaban cómodos. Porque lejos de morder, los de Zidane dejaban que los sevillistas tocasen, sin presionar en exceso, y posibilitaban así una nueva reacción sevillista.

Restaba un cuarto de hora hasta el descanso y ya sólo se vieron ocasiones blanquirrojas. Pero ningún gol. La tuvo Correa, que se la jugó con dos compañeros esperando el pase; y de nuevo Jovetic por dos veces más. En la primera, su balón picado se estrelló en el larguero, y en la segunda se topó con una espectacular mano de Keylor. Todo ello, mientras Cristiano agredía a Lenglet en la cara del árbitro. Al menos, de amarilla.

Más allá de sus fallos, imperdonables, el Sevilla merecía mejor suerte. Y Jovetic encontró el premio nada más salir de la caseta. Esta vez sí, el balcánico ajustaba al palo su disparo, inalcanzable para el meta madridista, tras una gran acción combinativa en la que también participaron N’Zonzi y Vitolo.

Los de Sampaoli se metían en el partido, pero entonces prefirieron contemporizar y dejar la responsabilidad a un Madrid que poco a poco, con los cambios, fue ganando solidez en la medular. El plan del argentino mutó en busca de una contra que no llegaba, con menos balón y viendo pasar los minutos sin opciones de igualada, aunque que los blancos tampoco metían miedo. Sergio Rico, de hecho, sólo tuvo que intervenir en una lejana falta de Cristiano.
La intención quizás fuese llegar vivos al final, mala decisión cuando no había nada que perder, pero el portugués lo impidió con un golazo; eso sí, después de una nueva pérdida sevillista, esta vez de Walter Montoya. Ahí acababa el partido. Pero no la goleada. El Madrid se desmelenó, el Sevilla se rompió y llegó el cuarto, obra de Kroos. Incluso pudieron caer más entre los olés del Bernabéu. Excesivo castigo para un Sevilla que dio la cara y se la rompieron.
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