El "gordito cachetón" que vendía lotería

El "gordito cachetón" que vendía lotería
- Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 6 min lectura
Alos cinco años marcó su primer gol en un torneo para niños de seis en adelante. Vestía la camiseta de Júnior que su padre le había comprado y en su primera ocasión se marchó de todos y estrenó su particular cuenta realizadora. Aquel día comenzó a brillar la estrella de Luis Muriel, al que por su aspecto robusto y su talento natural, comenzaron a llamar en su localidad natal, Santo Tomás, ‘Valencianito’ en honor a Iván René Valenciano, un ídolo colombiano por entonces.

“Le decían así y él se lo creía. Era un gordito cachetón, un poco estático, pero tenía la virtud de que cualquier pelota que quedara muerta la enviaba a la red”, recuerda en ED Agustín Garizábalo, ojeador del Deportivo Cali y descubridor del potencial del delantero sevillista, que percibió en él algo diferente: “Le vi lo que le he visto a otros futbolistas que he llevado al Cali, como Santos Borré, Freddy Montero, Felipe Pardo, Juan G. Cuadrado, es decir, magia; la capacidad de participar del juego con artificios impredecibles; no sólo era goleador, sino que venía a jugar, se enganchaba, hacía de pívot y sorprendía con movimientos que le permitían llegar frente al arquero con ventaja. Él jugaba para la Escuela de Santo Tomás y dos veces nos hizo goles en partidos muy cerrados. El balón le caía al cachetoncito y nos cobraba”. Él tenía por entonces nueve años y el club Júnior convenció a su familia para que jugara en sus categorías inferiores. El camino no resultó sencillo, pues para pagar el autobús para entrenar en el campo de la Bomboná el delantero vendía boletos de lotería puerta por puerta en su pueblo. Siempre vendía 20 y sufragaba los desplazamientos.

Pero una lesión a los 13 años le cerró las puertas del club costeño y quiso dejar el fútbol, hasta que fueron a buscarlo. Así lo relata para ED Garizábalo. “Álvaro Núñez, de la Escuela Barranquillera, fue a buscarlo y me contó que Luis Fernando estaba en la calle jugando fútbol y cuando lo vio venir en su moto corrió y se escondió debajo de la cama. Álvaro lo invitó a jugar el torneo ASEFAL y él le dijo ya no quería volver a jugar al fútbol, sólo en la calle, pero finalmente lo convenció y disputó ese torneo, donde fue figura y quedaron campeones”. A partir de ahí, Garizábalo estrechó el seguimiento y en noviembre de 2007 llegó el momento clave en su carrera: la prueba con el Deportivo Cali. El ‘ya te llamaremos’ se convirtió en enero en una realidad y a los quince años se separó de su familia para comenzar de verdad su carrera, alcanzando el título nacional sub 17 como máximo goleador.

“Poco después debutó con el primer equipo y se convirtió en una estrella”, rememora Agustín, que asegura que “la mejor cualidad de Muriel “es su efectividad y esa técnica y frialdad para definir” y que considera Nervión un buen destino para que siga creciendo como futbolista: “A mi modo de ver, es el equipo ideal, por el momento en que está Muriel. Tengo muy buenas referencias del Sevilla, y por el estilo de juego del club y el perfil de Luis Fernando Muriel su fichaje es fantástico”.

A modo de curiosidad, en Colombia se cuenta que Deportivo Cali pagó por su traspaso a Júnior un disco de vallenatos, lo que matizó el propio Garizábalo con humor: “Lo que pasó es que la persona que estaba encargada de ir a rescatar el paz y salvo (carta de libertad) es un promotor de vallenatos. Nos imaginamos que algún funcionario o empleado de Júnior le pidió a esa persona algún CD y de ahí la anécdota”. Historias que curtieron a un atacante de orígenes humildes, “tímido” y que siempre “se dejaba orientar”.



El contrato con el Udinese y su paso por el Granada
A los 19 años, su agente por entonces le prometió una oferta de Europa y cuando se la puso sobre la mesa, del Udinese, Muriel rio de felicidad. “Llegar a Europa fue un sueño cumplido”, dijo Muriel, que fue cedido al Granada, etapa en la que apenas contó para el técnico pero que, como afirmó su padre en ‘El Espectador’, le sirvió para madurar. Luego pasó al Lecce, donde comenzó a despuntar en Europa.

La prueba de que aguanta la presión
Recuerda Agustín Garizábalo una actuación de Muriel que le hizo creer definitivamente que sería un gran jugador. “Fue en la final del torneo sub 17 entre Deportivo Cali y Millonarios. En las dos primeras jugadas estuvo errático, en una, incluso, se cayó. La gente en la tribuna empezó a silbarle y a pedir que lo sacaran. Marcó tres goles y el partido terminó 4-1”, explica el descubridor, que añade: “Bajo esa presión fue capaz de desarrollar todo su potencial. Muriel no ha alcanzado su techo y creo que ahí puede estar el reemplazo de Bacca o de Falcao en la selección”.
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