El ‘play off’ para entrar en la Fase de Grupos de la Champions centra la atención del nuevo vestuario nervionense prácticamente desde que arrancó la pretemporada y, evidentemente, existe una gran motivación por cumplir el objetivo y luchar por el sueño de llegar lo más lejos posible en la máxima competición continental. No obstante, hay un futbolista en el plantel que afronta esta eliminatoria
especialmente motivado, porque hace varias temporadas que ha acariciado estar entre los grandes del Viejo Continente para, al final, quedarse siempre a las puertas. Se trata de
Simon Kjaer, uno de los últimos fichajes en llegar y con una espinita clavada en esta competición tan prestigiosa, ya que en
las tres últimas temporadas quedó eliminado en las rondas previas de la Liga de Campeones, una vez con el
Lille y dos con el
Fenerbahçe, club del que procede.
Cuando estuvo más cerca fue con el
equipo francés, con el que alcanzó el mismo escalón que ahora afronta con el Sevilla, el
'play off' para acceder a la Fase de Grupos. No en vano, siempre con él como titular, eliminó en la tercera ronda al Grasshoppers suizo para después caer con el Oporto con dos derrotas. En dicho equipo, el central compartía vestuario con
Corchia, con el que ha vuelto a coincidir en Nervión y tiene en común esta asignatura pendiente.
Un año después volvió a tener la oportunidad con el Fenerbahçe, pero en esta ocasión cayó en la tercera ronda contra el Shakhtar Donetsk, con un empate en casa y una derrota fuera. El nórdico disputó los 180 minutos en esta nueva decepción, la cual se volvió repetir la temporada pasada, pues el club estambulita cayó en esta misma fase, esta vez contra el Mónaco, que remontó en el partido de vuelta, en el que Kjaer fue expulsado.
Ahora, al zaguero se le presenta la oportunidad de enterrar este mal recuerdo y lograr al fin romper su muro particular.
Álvaro Palomo2 min lectura