Getafe: El caos, su hábitat y 'modus vivendi'

Getafe: El caos, su hábitat y 'modus vivendi'
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 2 min lectura
No ha enamorado precisamente en Segunda el Getafe, pero muchas veces resulta más aconsejable ser resolutivo que brillante. Otros eligieron regresar a Primera a golpe de talonario y plantilla, al tiempo que los azulones se decantaron por la experiencia y el oficio, amarrando vía 'play off' su objetivo. Ahora, toca exportar a la elite un plan que pasa, siendo muy reduccionista, por aburrir a los rivales. Evidentemente, el ideario de Bordalás es más completo, aunque sus equipos convierten el caos y la desidia en un hábitat, pero también en un'´modus vivendi' en el que se sienten cómodos. La destrucción no puede ser el único argumento, pero trata este Getafe de que se juegue poco, de que la fluidez no se abra paso. Lo logra con una eficaz presión escalonada, fundamentalmente alta, y con un estrechamiento de espacios para propiciar el robo del balón y procurar una transición rápida a campo contrario, donde la velocidad por fuera (con el hoy sancionado Álvaro Jiménez, Amath Ndiaye o Chuli como exponentes).

El 1-4-2-3-1, con la variante del 1-4-1-4-1 al compartir sala de máquinas Markel Bergara con un Fayçal Fajr que prefiere asociarse con Gaku Shibasaki algo más adelante, es el dibujo preferido de Bordalás, que confía en la eterna alianza de Molina con el gol y el carácter competitivo de su defensa, donde priman el sacrificio, la capacidad de repliegue y la aplicación en la estrategia.
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