La constancia también suma

La constancia también suma
- Isabel Morales
Isabel MoralesIsabel Morales2 min lectura
Sin posesión ni intensidad, arbitraje al margen, era difícil que el Sevilla se trajese algo positivo de Anfield en su estreno en la Champions League ante el Liverpool. Pero cuando no aparece ni una cosa ni la otra, la constancia puede ayudarte a arañar, como ayer, un valioso empate. Y es que, un Sevilla superado en la primera mitad, supo aguantar hasta que los de Klopp se desfondaron, con físico e inteligencia, para, en el segundo disparo a puerta de todo el partido, hacer la igualada.

Se adelantó el Sevilla a los pocos minutos, pero el gol de Ben Yedder no alteró la hoja de ruta de los de Klopp, que encontraron en la velocidad y verticalidad de Salah, Mané y Alberto Monero su mejor arma. El Sevilla no supo frenar ni seguir el ritmo eléctrico que los ingleses imprimieron al encuentro. Ni N’Zonzi ni Pizarro lograban contener el juego del Liverpool, sobrepasado en todo momento, y los laterales requerían constantemente las ayudas tanto de Navas como de Correa. Sin embargo, el Sevilla, que 'agradeció' la lesión de Pizarro, aprovechó el bajón del equipo de Klopp tras el descanso, con N’Zonzi anclado entre los centrales, y Banega, Correa y Sarabia más liberados para jugar entre líneas. El partido bajó de revoluciones (Mané Salah no pudieron, acabaron desfondados, lógico), y un Sevilla más ordenado se asentó en el campo y tuvo paciencia para encontrar el empate. La entrada de Muriel se antojó clave. Una pared con Correa del colombiano, que en el 92' falló inexplicablemente un mano a mano con Karius, dio origen al 2-2 final, que para el Sevilla sabe a gloria.
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