Por su idea de que los laterales sepan percutir por dentro, para que sea el extremo el que dé amplitud, Eduardo Berizzo pidió a
Óscar Arias un lateral zurdo
que supiese manejar la derecha. Es el motivo por el que el director deportivo del Sevilla pusos sus ojos, en primer lugar, en
Jordan Amavi.
Una vez que la operación del ahora jugador del Olympique de Marsella se cayó, debido a que los galenos le detectaron una rodilla de riesgo, uno de los nombres que barajó la dirección deportiva fue el de
Miguel Layún (29), mexicano del Oporto ambidiestro que suele actuar por ambas bandas indistintamente.
El club portugués le prometió que le dejaría salir si llegaba una propuesta que rondase los
seis millones de euros y el Sevilla estaba dispuesto a abonarlos, pero, en el último momento, los dirigentes del Oporto
se echaron atrás, al comunicar el técnico,
Sérgio Conceiçao, que contaba con sus servicios. Hasta ahora, sin embargo, no está siendo así, y el lateral apenas ha disputado 211 minutos, los que se le antoja muy pocos para poder llegar en buenas condiciones al Mundial de Rusia 2018. Y Layún se ha quejado.
"Lucho todos los días por jugar. Lo hago desde que el técnico decidió quedarse conmigo en el plantel, sabiendo que
tenía opciones importantes en el fútbol europeo para salir. Eso demuestra la confianza que el entrenador tiene en mí", ha dicho Layún, refiriéndose concretamente a
las propuestas que hicieron el Sevilla y el Lyon al Oporto poco antes de cerrar el mercado.
"Es lógico que mi intención sea la de
jugar el mayor número de minutos posibles, teniendo en cuenta que viene el Mundial y que es fundamental llegar allí con el mayor ritmo posible", ha agregado.
Hasta ahora, Layún ha participado con el Oporto en cinco partidos, en los que ha jugado de
lateral, extremo derecho y extremo izquierdo.