El
Sevilla no pudo sacar nada positivo del
Camp Nou más que la sensación de que pudo llevarse al menos un punto del campo del líder gracias a una segunda parte en la que demostró que puede plantar cara a los transatlánticos de LaLiga. Los de Berizzo bien pudieron irse al descanso con el partido perdido, sobre todo tras el buen inicio azulgrana, pero aprovecharon la vida extra que les concedió el choque y en el segundo acto hicieron méritos para cazar un empate. Finalmente, un error de
Escudero y el oportunismo de
Alcácer impidieron la inserrucción sevillista al orden establecido en LaLiga.
Berizzo volvió a apostar por el doble pivote que forman
Pizarro y
Nzonzi, con las novedades de
Soria, Corchia, Navas y Muriel en un once con el que esbozó una idea que después no se hizo reconocible en el primer tiempo. Cuando buscó al
Barcelona en su campo no logró poner en apuros la salida de pelota azulgrana, mientras que cuando se replegó estuvo demasiado contemplativo ante los de
Valverde.
El extremeño si realizó una modificación táctica en su equipo más allá de los nombres.
Alcácer ocupó el costado diestro en fase defensiva para vigilar a
Escudero, mientras que en la ofensiva el 4-4-2 azulgrana mutaba en un 4-3-3 con
Messi en la mediapunta surtiendo al ex del
Valencia y a un desafortunado
Suárez.
La lluvia caída sobre la
Ciudad Condal dejó un
Camp Nou muy rápido. Y el
Barcelona salió en tromba. A los siete minutos acumulaba cuatro ocasiones.
Messi probó a
Soria nada más arrancar el choque. Al arquero se le escapó el balón a córner y en la jugada siguiente de nuevo la '
Pulga' hizo temblar al
Sevilla.
Kjaer sacó en la línea el remate de
Busquets. En el 5' un balón largo de Iniesta burló toda la defensa nervionense, pero
Suárez entregó el cuero a las manos de
Soria y en el 7'
Rakitic buscó la escuadra con un zurdazo desde fuera del área. El
Sevilla resistía como podía e incluso pudo encontrar premio en una contra de
Muriel, que tras robarle la cartera a
Umtiti se sacó un derechazo que asustó a
Ter Stegen. Fue lo más potable del
Sevilla en los primeros 45 minutos hasta una cabalgada de
Navas bien avanzado el primer periodo y que acabó en nada.
Las ocasiones del
Barcelona se espaciaron un poco más, pero seguían llegando y el 23' encontró su primer el gol
Alcácer. Un balón largo sin peligro aparente por la colocación de Escudero acabó en un mano a mano que el ex del
Valencia resolvió con sangre fría ante
Soria previo fallo del lateral vallisoletano. Antes pudieron marcar el propio Alcácer en un cabezazo e
Iniesta con un zurdazo.
En el
Sevilla,
Pizarro seguía por todo el campo a
Messi, lo que originaba pasillos en la medular, mientras que
Sarabia y Navas trabajaban más persiguiendo a
Semedo y a Alba que buscándoles las cosquillas.
El
Sevilla que retornó del vestuario fue totalmente diferente, mucho más atrevido y con mayor capacidad para gestionar la pelota. Acogotó al
Barcelona con un mayor orden en la presión, más agresiva y contundente que incomodó a los azulgranas y desconectó a sus hombres más imaginativos.
Avisó
Muriel en el inicio del segundo acto con dos remates desde fuera del área en el 47 y el 53. El premio llegaría en el siguiente intento.
Banega ponía un saque de esquina tenso al corazón del área y
Pizarro hacía valer sus centímetros y su capacidad de salto para imponerse a
Piqué y mandar la pelota a la red con un testarazo picado de libro. El gol fortaleció el plan del
Sevilla, por momentos cómodo y superior al líder de LaLiga, que no llegó a verse contra las cuerdas porque
Paco Alcácer apareció de nuevo como héroe inesperado.
Rakitic encontró libre el carril zurdo del
Sevilla y el croata la pone donde quiere cuando tiene tiempo y espacio. Alcácer le dibujó el desmarque y el exnervionense colocó su centro entre
Kjaer y
Soria, perfecto para que el ex del
Valencia metiera la bota y mandara la pelota a la red y al
Sevilla a la lona. Pero esta vez sí tuvieron los hispalenses personalidad para sobreponerse y buscar el empate y, si bien es cierto que el
Barcelona retomó el control del choque con la entrada de
Paulinho por
Iniesta, los nervionenses dieron la sensación de poder llevarse rascar algo de
Barcelona hasta el último minuto. Faltó más de chispa en los hombres que entraron de refresco, pues ni
Nolito ni
Ben Yedder crearon peligro, mientras que
Geis sí cumplió como central por el tocado
Kjaer.
El
Sevilla se va de
Barcelona con la mismos puntos de los últimos 15 años, pero con una cara diferente.