El técnico del Sevilla,
Eduardo Berizzo, sigue trabajando durante el parón para mejorar la imagen del equipo y, en este sentido, mantiene su deseo de llevar a cabo un juego basado en
controlar la posesión del balón y en salir jugando desde atrás, con una circulación lo más fluida y dinámica posible.
A la hora de poner en práctica esta idea, hay varios jugadores básicos, como son los casos de Lenglet y de Pizarro, amén de otros de un corte creativo como
Banega, Ganso, N’Zonzi o el 'Mudo'.
Con los dos primeros y con el argentino como líderes insistió ayer el 'Toto', que se mostró muy insistente en su deseo de que el equipo automatice cómo debe ser la salida desde la línea defensiva.
La primera premisa, según lo ensayado en el entrenamiento matinal de ayer en los campos de la carretera de Utrera, es que el equipo se abra hacia los costados y ensanche el terreno de juego. A partir de ahí, los roles posicionales más importantes correspondían a
Lenglet, el central con más habilidad para salir jugando, y a
Guido Pizarro, el pivote.
El galo recibía de los laterales, una vez desde la derecha (con Corchia) y la siguiente desde la izquierda (con Escudero y con Carole), se apoyaba en el
'Conde' o en Franco Vázquez, que abrían a los extremos para que estos colgasen el balón al área, donde esperaba
Muriel (en la sesión de ayer se ausentó
Ben Yedder) para rematar a una portería defendida por
Sergio Rico y por
David Soria.
Todas las acciones debían ser iniciadas por Lenglet y la consigna, durante los 15 ó 20 minutos que duró el ejercicio, era la misma siempre:
el balón se mueve desde dentro hacia afuera. La única variante que introdujo un didáctico Berizzo fue para los extremos:
Jesús Navas y Nolito ya no centraban siempre, sino que a veces amagaban el pase y buscaban una acción individual que acababa probando disparos al primer palo.
Cabe recordar que el Sevilla es el cuarto equipo que más tiempo tiene el balón en su poder, pero
uno de los menos efectivos.
Alejandro Sáez3 min lectura