Las circunstancias han diseñado el trazado de un plan con un alto porcentaje de posibilidades de fracasar por la complejidad intrínseca del desafío pero también más realizable de lo habitual y motivador a gran escala. La anómala vulnerabilidad del acorazado del
Real Madrid y la fiabilidad a la que se ha abonado últimamente el
Sevilla dictan que hoy puede ser el día y el
Santiago Bernabéu el lugar donde ejecutar un golpe maestro, con un botín suculento en todos los aspectos, tanto deportivo, porque supondría entrar en puestos de
Champions y dejar a tres puntos a los madridistas, y moral, con el consecuente aviso a los rivales y la inyección de autoestima para el grupo.
El contexto presenta a dos equipos igualados en la tabla y dos dinámicas distintas, la blanca, plena de dudas tras perder puntos en seis de los 14 partidos de este curso, y la nervionense, con un balance de tres victorias seguidas en el campeonato liguero y seis encuentros sin caer en todas las competiciones tras empatar el miércoles con el
Maribor y sellar su pase a octavos de final de la
Champions.
Los de
Marcucci al fin creen en sí mismos y se han conjurado para fulminar el mal fario blanquirrojo en
Chamartín, donde no puntúa desde la 08/09, y, sobre todo, romper la banca con un triunfo de prestigio que le otorgue total credibilidad. Es lo que necesita este proyecto para terminar de convencer a los suyos, una demostración de fuerza en el feudo de un grande que, además, enfila esta cita muy mermado, especialmente en defensa, con las ausencias de los sancionados
Ramos y Carvajal y la lesión de Varane en Champions, a los que se suma por acumulación de tarjetas
Casemiro.
Zidane tendrá que improvisar una zaga a la que llega justo
Vallejo, compañero en el eje de
Nacho, y con
Achraf en la banda diestra. Además, su flamante
Balón de Oro, Cristiano, atraviesa por una preocupante sequía goleadora en
Liga, la misma que
Benzema.
Ventajas que debe aprovechar un
Sevilla que partirá con su once de gala, después de los leves retoques realizados en
Eslovenia. Con
Soria posiblemente en puerta, repetirá línea defensiva y devolverá al once al '
Mudo' como vértice de un centro del campo completado por
Pizarro y
Banega.
Nolito regresará para copar la zurda y
Muriel ocupará la punta de lanza para maximizar los espacios a la espalda blanca con su potencia y velocidad en un razonable intento de asaltar el
Bernabéu y dar el gran golpe.