Guerra encarnizada en el Sevilla

Guerra encarnizada en el Sevilla
- C. P. / F. M.
Carlos PérezCarlos Pérez10 min lectura
Se prometía guerra... y la hubo. Aun consciente de que su porcentaje de acciones no le daba para salir victorioso, José María del Nido Benavente salió a la palestra y con su habitual firmeza se dedicó a atizar a diestro y siniestro a un José Castro que también se defendió con vehemencia.

Y eso que comenzó expresando "su felicitación al consejo" por los números presentados, lo que sólo fue la antesala de un discurso crítico y reivindicativo. "Pido la obtención de un crédito de 150 millones de euros para construir un nuevo estadio para que sea el más grande y moderno de Despeñaperros para abajo. El Sánchez-Pizjuán se queda pequeño. ¿En qué cabeza cabe que repartamos beneficios y no tengamos agallas de hacer un nuevo estadio para 60.000 espectadores, alcanzar los 50.000 abonados y vender entradas para los partidos importantes de Champions? O no ampliar al menos el estadio con un anillo más. Es otra forma de gobernar, agresiva u ostentosa, pero es la consecuencia de no tener gente ambiciosa formada capaz de acometer los más importantes proyectos", explicó el que fuese presidente sevillista, que puso en duda en más de una ocasión la valía del actual máximo mandatario: "Es de aurora boreal remunerar a Castro y Carrión con sueldos de verdaderos ejecutivos y profesionales en exclusiva, sin que sea yo quien hable de su curriculum".

"No me estoy postulando porque no sé ir de tapadillo, siempre voy de cara. No estoy de acuerdo con este modelo de gestión. Es falso que haya que esperar a que las cosas vayan mal deportivamente hablando para mejorarlas. No hay ningún sevillista que se precie que quiera que su Sevilla pierda, igual que no hay quien quiera, por una mal llamada estabilidad, ?mantener en los cargos a unos sabiendo que los mejores no está en la mesa", añadió.

Además, Del Nido se opuso con dureza al reparto de dividendos aprobado, ya que, en su opinión, "en ninguna sociedad que se precie, cuando tiene la necesidad de seguir creciendo y ampliando sus horizontes, se le ocurre a los administradores el reparto de dividendos".

"El que más tiene que recibir en ese reparto es el accionista que les habla y me voy a negar para que se dedique a potenciar la plantilla y la entidad. Nunca habría cambiado la política de fichajes, fichando a gente vieja más que gente joven, jugadores mayores que vienen de vuelta. Quiero que se dedique íntegramente a luchar no por la cuarta plaza, que se vende que es un éxito y es mentira. El cuarto puesto nos corresponde a nosotros, si se queda tercero es un éxito y si se queda quinto es un fracaso", sentenció.

Pero no quedaron ahí sus críticas, que se extendieron también al plano deportivo, con especial mención para el 'caso Nzonzi'. "¿Nadie en el consejo puede impedir que un jugador se vaya a Londres a buscar equipo cuando nos jugamos el pase en la Champions League? Daniel Alves se negó a jugar partidos con nosotros, pero se quedó un año más. Eso se llama principio de autoridad", explicó, al tiempo que recordaba que luchó "como nadie" por los derechos televisivos, lo que hace que "todos los clubes presentan sus mejores números año a año", defendiendo también su gestión y su herencia: "Construí un club que dejé organizado con Monchi al frente, Emery de entrenador y con mi hijo. Sin hacer un cambio, se levantó otro título europeo cuando tuve que salir por mi situación personal. Cada vez que hay que tomar una decisión, o no se toma o se adopta de forma errónea. Las filtraciones del consejo han subido el precio de fichajes, aparte de las afirmaciones de jugadores renovados que terminaron saliendo".

El guante estaba lanzado, y José Castro lo recogió para defender y recordar a su antecesor en el cargo algunos de los 'pecados' cometidos en su etapa. "Nosotros arriesgamos, sin riesgo no hay éxitos. Este consejo no descarta hacer un nuevo estadio, pero quisimos con poco dinero reformarlo con ascensores, luces, servicios, el exterior... En once años usted no se acordó del estadio y yo sí lo he hecho. Además, lo que ha dicho de Nzonzi es falso, no fue a ver a ningún club sino a ver a su hijo, que tiene un problema. A todos nos han dejado jugadores y entrenadores, como Juande Ramos, pero no quiero entrar en eso porque me quiero centrar en el orden del día", explicó el utrerano, que también defendió el reparto de dividendos y la remuneración del consejo: "Habrá transparencia, como siempre. Sólo lo habrá si hay beneficios y los accionistas lo aprueban. Será el consejo el que decida el reparto interno entre cada uno de sus miembros. No hay un sueldo de por vida ni por el mandato".

Además, Castro defendió la política de abonos también criticada por Del Nido. "No estoy de acuerdo en que los abonos sean caros, hay que ver qué ofrecemos. Seguimos estudiando fórmulas, como quitar los pasillos para que haya más asientos y rebajar los carnets infantiles. Si hacemos un nuevo estadio sería más adelante, cuando lo necesitemos. Aun así, si podemos, seremos sensibles en el precio de los abonos", finalizó, no sin antes responder también a las acusaciones del accionista Agustín Martínez: "Cada consejero tenemos una cuenta del club y todo está pagado, no le debo nada al club. Es ruin acusarme de algo. ¿Usted me va a hablar de Monchi? ¿También fue mi culpa cuando se quiso ir a Almería y tuvo que devolver dinero incluso que ya estaba pagado? Monchi nunca ha tenido un problema conmigo, quería nuevos retos y así lo ha dicho. No se me puede culpar de todo. Usted tiene dos acciones y las hace valer para obtener repercusión y desestabilizar. No es siquiera socio".

Acusa a Castro de usar el club como financiera
El accionista Agustín Martínez también acusó a Castro de utilizar el club como una "financiera", desglosando fechas y cantidades supuestamente sacadas de la caja del club por el presidente, además del pago de viajes, un jamón o "hasta el curso de recuperación de los puntos del carné de conducir".
  
Además, también afirmó que Monchi le dijo a Cruz que para quedarse necesitaba "que usted no estuviera aquí". "Por eso se marchó".

La minoría, por la "estabilidad"
En un escenario tan igualado entre dos grandes frentes, la voz de los pequeños accionistas se convertía ayer en más trascendente que nunca. Su presencia, de hecho, rebasaba el 11% del capital y, por si había alguna duda de su apoyo a Castro, el presidente de Accionistas Unidos, Eduardo Arena, ya lo dejó claro tras el primer punto del orden del día.
"Nuestro objetivo es darle la estabilidad al Sevilla que necesite, siempre que lo necesite. Hoy no toca ningún cambio, sino seguir trabajando para que el Sevilla siga creciendo. Ha vuelto a subir el valor teórico de nuestra acción, que ya está en 739 euros. Es el momento de no regalarlas, de pensar muy bien a quién se le venden y de no darlas a un especulador extranjero. Estamos absolutamente en contra de la entrada de capital extranjero a nuestro Sevilla", recalcó el letrado, que también desgranó algunas de sus peticiones: "Pedimos una mejora en la política de abonos y la ampliación y cubierta del estadio, y promovemos una modificación de estatutos para regularizar el derecho de asistencia y representación. Hay que flexibilizar la transmisión de los accionistas fallecidos".

"La cubierta tiene un gasto muy grande" 
"La cubierta tiene un gasto muy grande, pero vamos a estudiarlo, como el aumentar las plazas en nuestro estadio. No nos hacen falta 20.000-30.000 asientos más, sino 4.000-5.000 para determinados partidos". 

Castro: "El equipo se reforzará" 
"El equipo se reforzará en todos los casos si los técnicos lo deciden, hay deficiencias", expresó Castro, quien aseguró que "si hay que reforzar varias posiciones, se hará".

El escudo, "lo único imprescindible"
"Aquí lo único imprescindible es el escudo, la bandera y la afición. Quiero darle las gracias al sevillismo, especialmente a nuestros abonados, a los que acuden al Sánchez-Pizjuán y a los que viajan a acompañar fuera a nuestro equipo", así se presentó Castro.
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